Las oportunidades son para todos

Cuántas veces se transita por la vida sin percibir que las oportunidades están más cerca de lo que siempre imaginamos. Perdemos mucho tiempo en recordar el pasado, en ver el triunfo de otros, y no nos detenemos a pensar que podemos seguir adelante con el coraje necesario para emprender nuevas metas.
Estamos amañados a practicar la pedagogía del no. Nos negamos a continuar estudiando si tenemos cierta edad, por el qué dirán. No practicamos deporte por miedo al ridículo. No bailamos porque ya estamos pasaditos de edad. No usamos trajes de colores alegres porque ya no estamos para eso. No experimentamos un nuevo corte de cabello porque somos conservadores. No vamos al cine sin compañía por lo aburrido. Y así continúa la catarata de negaciones.
Alto. Reaccione, la vida es para disfrutarla a plenitud. Hay infinidad de alternativas por hacer. Leer un libro, visitar una biblioteca y revisar sus entrañas, ir al cine, al teatro, estudiar alguna carrera técnica, practicar algún deporte, caminar por un parque, participar activamente en actividades de acción solidaria. Existe un montón de instituciones esperando por usted, dar consuelo a un enfermo, sembrar un árbol, correr por una playa. Son múltiples las alternativas que podemos conseguir y, hasta sin pagar un centavo por ellas.
Así que no se agote antes de tiempo. Cambie ese aceite con frecuencia y verá que esa parte oculta de la oportunidad, que parece invisible, la encontrará más rápido de lo que piensa.
Anímese. Salga de esa cámara de encierro y póngase en la órbita del optimismo. Busque su segunda oportunidad. No espere que otro lo haga en su lugar. Eso ocurre poco. Tome usted la iniciativa y borre ese lado oscuro que impide ver más allá del horizonte. Todos podemos dar ese nuevo paso. Intente ese cambio y se lo agradecerá.


Dulce María Carpio
Educadora
Habitante de El Rosal/Chacao
dulcecarpio@gmail.com