La reciprocidad es un deber, no un derecho. En la sociedad en que vivimos, el sistema nos enseña a exigir más de lo que podemos dar, reclamamos más nuestros derechos y damos menos nuestros deberes.
Exigimos el derecho a la vida, a la vivienda, a la educación, a buenos servicios públicos, a una mejor calidad de vida, a la alimentación; en fin, pedimos derecho por todo, ¿y qué damos a cambio de estos derechos?, al parecer, nada.
La vida debería ser recíproca: yo doy, tú das. Nos han enseñado a pedir, a exigir, a reclamar, y nos hemos olvidado de un principio tan fundamental y que además es una regla de oro que deberíamos poner en práctica cada día, es dar.
A lo largo de todos estos años que han transcurrido, medio siglo para ser exacto, hemos aprendido a solo recibir, pero no a dar, como dijo un gran sabio, ex presidente de Estados Unidos, John Kennedy: “No veas lo que tu nación puede hacer por ti, más bien ve lo tú puedes hacer por ella”.
Dicen los estudiosos de la conducta humana que un hábito se hace parte nuestra con repetirlo por 21 días consecutivos; comienza a practicar este hábito, comienza dando un caramelo, los buenos días, una sonrisa, un abrazo, agradecimientos, reconocimiento, aprobación, perdón, en fin, son tantas las cosas que podemos dar que no nos alcanzaría el tiempo para describirlas.
El mundo necesita a gritos que personas generosas puedan dar y aportar a la sociedad, el ser humano es extraordinario, tiene muchas cualidades que lo caracterizan, especialmente el venezolano. El venezolano es sin lugar a dudas un genio de la amabilidad, de la solidaridad, es sensible y entusiasta, pero el consumismo, la globalización y la tecnología nos han desviado de nuestra sensibilidad humana.
Es hora de cambiar de actitud, de comenzar a dar lo bueno y grande que en nosotros; hay que cambiar ese concepto de violentos, agresivos y pendencieros. El mundo nos ve con otra óptica porque hemos perdido nuestra identidad, nuestra idiosincrasia, adoptando conductas falsas y equívocas que nos han dañado. Estos días son cruciales para reflexionar y cambiar.
José Manuel Díaz
jmdiazu@hotmail.com
Hab. Barinas
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