jueves, 16 de abril de 2015

Inseguridad

El Ejecutivo nacional y todos los entes gubernamentales se encuentran en una constante búsqueda de soluciones para eliminar los actos delictivos que suelen impresionar a diario a la colectividad. Se habla de crear sistemas de alta seguridad, programas sociales, mesas de trabajo, acuerdos políticos, pasando por alto la base fundamental o la asociación natural que ha dado origen a nuestra sociedad, la familia. 

En la actualidad, ya no prevalecen los valores sino los antivalores, lo cual puede ser producto del entorno familiar, siendo allí donde el ser humano configura su vida desde el punto de vista social. Sencillamente, la dura realidad es que en muchos hogares se cultiva sentimientos de negatividad generando en la persona afectada situaciones como la desadaptación y el enfrentamiento con la sociedad. Por regla general, cada individuo es el resultado, en gran medida, del trato que recibe en el seno familiar.

No solo se trata de crear programas sociales para aminorar la pobreza, ya que hay familias carentes de lujos y comodidad que suelen formar a sus hijos con amor, humildad, respeto, honestidad y entereza. Por lo tanto, no basta con invertir en sistemas de alta seguridad si no se realiza a través de la escuela un abordaje exhaustivo de cada situación familiar sin distingo de religión, raza y estatus social; siendo esta la única manera de enfrentar este flagelo, como lo es la violencia y los actos delictivos, que invaden día a día nuestra sociedad.

Pues, como diría el famoso psicólogo caraqueño Manuel Barroso, “tenemos más aulas pero menos calidad escolar, tenemos más hospitales pero menos médicos entregados al amor del paciente, tenemos más policías pero más delincuencia e inseguridad…”. A esto le sumo más formadores pero menos orientadores en cada ámbito educativo y social; niños, niñas y adolescentes que asisten a la escuela con deseos de jugar pero sin ánimos de estudiar, crear, pensar y soñar; provenientes de hogares sin padre, madre o conflictos familiares; víctimas de maltrato, abandono o, peor aún, de abuso sexual.

Así que, padres, madres y docentes, vamos a brindar una educación de calidad para que cada niño y niña reciba una verdadera formación integral. 

Susana Muñoz 

susanamc1974@gmail.com

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