jueves, 30 de abril de 2015

Creo en ti

Recientemente mamá vino a mi casa y dio una orden sin aviso y sin protesto. “Búscame estos
himnos cristianos y me los grabas en el teléfono”. Impío me confieso, la idea no me gustó mucho e intenté huir, pero bloqueó la puerta como el arquero alemán en la final del Mundial Brasil 2014. Agotado este intento y siendo mi madre, no pude negarme. Fui a trabajar. 

En mi labor de DJ explorador, reconocí que eran los mismos cantos que mi abuela escuchaba en mi entrañable Yaracuy. Uno en especial llamó mi atención, porque la recordé y me hace mucha falta, pero también por esta frase: “Creo en ti porque si no creyera mi alma huérfana
fuera y en mi vida no habría ni la luz ni el amor”.

 Creo en Dios, unas veces más otros menos, pero creo. Y también creo en mi gente, nosotros los venezolanos y venezolanas. 

Creo en mis panas que bajaron a La Guaira a salvar al pueblo durante la tragedia del 99. En los que dan el puesto en el Metro, en los que devuelven la plata cuando se paga de más.

 En los vecinos que cuando hay
un enfermo hacen una sopita y se la llevan. Creo en el maestro que con lo que gana aún se preocupa
por que sus niños aprendan. En las madres solteras que entregan al niño a las 7 en el colegio
y a las 8:30 llegan a trabajar.

Creo en el funcionario público que atiende bien, así no tenga tóner la impresora, creo en los peludos
de la Plaza de los Museos que hacen arte para la paz.

Creo en la señora del parque Caricuao que espera a los niños los domingos y les habla de los animales. Creo en la muchacha de limpieza de mi empresa que ahora es oficinista y estudia Cálculo mercantil. Creo en los luchadores sociales del 23 de Enero y en los líderes vecinales de La California Sur, creo en el humilde y digno trabajador que no quiere ser explotado y conoce sus derechos.

 También en el empresario honesto y comprometido en hacer productivo el país. Creo en Andrés Galarraga y en el Sargento Full Chola, en el inolvidable Jacinto Convit y Yolanda Moreno, en Alirio Díaz y Naomi Soazo, en la Orquesta Infantil Simón Bolívar y en los que cantan rap en el Metro, creo en los niños de preescolar y en los estudiantes de la Unefa y de la UCV. Porque somos buenos, nobles y pisamos una tierra bendita. Creo en Dios y en ti, venezolano. ¡Mucha luz y amor, #BuenaGente de Venezuela! 

PEDRO SANDOVAL
sandoval.pm@gmail.com

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