jueves, 28 de abril de 2016

Amor al adulto mayor



La vida en un geriátrico para el adulto mayor que no tiene el amor, apoyo y cuidado de sus seres queridos, puede resultar en desesperanza debido a que se sienten abandonados y olvidados por sus familiares y seres queridos. He tenido el placer de conocer durante mi permanencia en el Consejo de Lectores de Últimas Noticias, la labor del señor Norman Rodríguez, también consejero. Él, desde hace 27 años, ha permanecido
en centros geriátricos. Es admirable saber que a sus 85 años, si bien la naturaleza ha vuelto lento su cuerpo  la sabiduría, buena voluntad y bondad, entre otras cualidades, no envejecen en él; por el contrario, se renuevan.
Ha sido un defensor del adulto mayor y a través de la sección Lectores en Acción, ha hecho denuncias y sugerencias para una mejor calidad de vida de los ancianos en estos centros. El señor Norman no deja de soñar con un cinturón de seguridad que ideó para sostener (frenar) a los abuelos recluidos en geriátricos a fin de evitar que se caigan, y a la vez, para eliminar la práctica de sujetarlos con sábanas, paños o algún tipo de tela, lo cual es un riesgo en caso de presentarse una emergencia, pues no facilita soltarlos de forma rápida. Para ello, requiere del apoyo de alguna institución pública o privada que invierta en la compra de dichos cinturones. Igualmente desea continuar con sus cultivos de tomates, pimentones, ajíes, entre otros, en el centro donde está recluido, para lo cual requiere tierra abonada.
Durante una visita que le realicé con mi hija al señor Norman, le preguntamos ¿qué necesitaba para su uso personal? Y con lágrimas en los ojos nos respondió: “solo necesito amor”, demostrándonos de esta manera que no importan las cosas materiales que se tenga o que se pierdan, porque lo que mueve al mundo es el amor. A pesar de esta carencia afectiva de la cual es víctima, el señor Norman mantiene el interés y la lucha por la calidad de vida de los pacientes en los centros geriátricos. Dios le dé larga vida, porque sin duda es un ejemplo para la sociedad y los viejitos lo necesitan. “La edad no es el paso de los años, sino el amanecer a la sabiduría”.





Margarita Rodríguez 
Habitante de El Hatillo 
Margarodriguez@hotmail.com

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