Visitando algunas universidades del país pude notar a algunos jóvenes que realmente no tienen una identidad definida. Es por ello mi motivación de destacar notar públicamente esta inquietud, que nos atañe a todos. Vemos a muchos de ellos rendidos en su diario vivir, tal vez por no conocer los correctos principios de vida y valores que deben guiar a la sociedad o por no valorar sus talentos básicos, capacidad, ingenio e inteligencia porque en su infancia no tuvieron la ayuda necesaria de un mentor. Es de suponer que la demanda de tiempo en el trabajo de los padres o una mala administración del mismo hoy cobran con desesperación y reclaman a gritos esa ausencia paternal y maternal. Mi afán es exhortar y motivar a los padres del siglo XXI a dedicar un poco más de tiempo al rol de padres que les corresponde, es deber de cada padre instruir a sus hijos en el camino correcto para que de esta manera puedan dejarles a las siguientes generaciones un legado que marque una profunda huella en nuestra sociedad.
José Manuel Díaz
Comerciante
Barinas
jmdiazu@hotmail.com
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