Es grato encontrarnos con espacios públicos recuperados y dignificados, como son el bulevar de Sabana Grande, la plaza Diego Ibarra, el centro de Caracas, el bulevar de El Cementerio y la plaza Caracas, por nombrar algunos. Dicha medida ha sido una iniciativa del Gobierno, la cual merece un aplauso en virtud de que la misma es muy acertada, pero no es menos cierto que hay que mantenerlos, cuidarlos y protegerlos, porque si no, los vamos a perder. Hago esta reflexión en virtud de que los famosos manteleros pululan en estos sitios, y si bajamos la guardia, estos espacios recuperados para todos volverán a ser un mercado público que trae consigo delincuencia y desorden. Es el caso de los alrededores de la plaza Caracas y frente a las entradas de los ministerios del Trabajo y Salud donde se coloca una cantidad bastante significativa de estos señores ante la mirada impávida de las autoridades policiales, al igual que en los alrededores del Palacio de Justicia. Algo irónico, pero cierto, y nadie les dice nada.
Sería una pena que todo el esfuerzo hecho por el Gobierno para recuperar y mantener estos espacios se pierda por falta de supervisión y autoridad. Caracas necesita que todos seamos dolientes de sus calles, plazas y avenidas, y pongamos un granito de arena colaborando en preservar los lugares recuperados. Los cuerpos policiales y autoridades que les compete esta función deberían hacer cumplir las ordenanzas, que debemos respetar todos y así podremos tener una capital de altura. De nada vale que los hayan recuperado, si no se van a cuidar y mantener. El bulevar de Catia es otro de los espacios que más supervisión necesita; hasta cuándo la voluntad de unos pocos va a coartar el derecho de muchos. Analicemos estas palabras y hagamos de Venezuela un país mejor, que por una parte la responsabilidad está en manos del Estado y la otra parte está en nosotros como ciudadanos.
Gabriel Pérez
Asistente judicial
Habitante del 23 de Enero
perezgilgabriel@gmail.com
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