Sin duda alguna, la situación de conflictibilidad que hoy vive Venezuela es lamentable porque un porcentaje alto es gente alegre, optimista, trabajadora, creativa, honesta e innovadora. Sin embargo, la impunidad en la Administración Pública y en otros sectores de la sociedad es tan alarmante que pareciese que vamos camino a perder el país o el mismo se transformará en una tierra sin ley.
Si a la impunidad le añadimos el desempleo, la inseguridad personal y un sinfín de problemas, sólo nos queda concluir que el camino es duro.
Hay que hacer algo para revertir ese estado de cosas tan deplorables. Pero ¿cómo hacerlo si las instituciones del Estado dispuestas para resolver los problemas se suman a la lista de calamidades?
Acudir a la Defensoría del Pueblo o otras instituciones públicas y pretender que te ayuden a resolver un problema, habiendo agotado las instancias, es un fiasco porque la burocracia juega al cansancio de los agraviados.
Sólo nos queda a los venezolanos dar lo mejor de nosotros para así poco a poco edificar la Venezuela de verdad, que hoy se ve reflejada en el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, en los éxitos deportivos de nuestros atletas en el exterior y en la cantidad incuantificable de artistas que han tenido que salir del país porque aquí se han empequeñecido los espacios para su talento.
¡Viva la tercera Venezuela!, la que está escondida, pero que a pesar de que no está tan expuesta como las otras dos, es la que a diario nos enorgullece y nos invita a seguir luchando por un país mejor.
Miriam Cuevas
Internacionalista, habitante de La Pastora
mairimc27@yahoo.com
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