Entre la octava y décima trasversal de Altamira está un
samán viejo y descuidado. Años atrás ese árbol era hermoso, ahora sus ramas
vencidas llegan casi al piso y está en una casa que parece abandonada por sus
dueños. Lo ideal es que se construya una plaza en homenaje al cultor de nuestra
Venezuela. Espero que el alcalde de Chacao, Ramón Muchacho, intervenga.
Norman
Rodríguez M.
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