jueves, 13 de febrero de 2014

En ÚNa de Valores| VALORES PERDIDOS


He visto con tristeza que los tiempos han cambiado y no para bien. Antes éramos más amables y hoy es asombroso que alguien en la calle de los buenos días a un desconocido en lugares como el metro, donde en otra época los buenos modales eran regla y ahora solo está plagado de gente que empuja y se lleva por delante a quien sea con tal de entrar; además de que son muy pocos los que se levantan de su asiento para dejar que se siente una anciana o embarazada.Esa misma situación se refleja en todos los entornos de la sociedad venezolana, en particular en la ciudad capital, donde los valores se fueron lejos y parece que no pretenden volver.Basta con salir a la calle para notar que ya no hay consideración por el otro: a ningún joven le importa ayudar a un anciano a cruzar una calle; si vemos tropezar a alguien, somos pocos los que nos detenemos a ayudar; los conductores no dan prioridad al peatón; a muchos no les importa obviar las colas para subir a los transportes y así. Miles de ejemplos de que nos hemos perdido en el camino.¿Qué nos ha pasando?, ¿de dónde salió tanta maldad y falta de educación? El país necesita mejores ciudadanos capaces de enfrentarse a la dura realidad con una sonrisa, con amabilidad, con cordialidad y solidaridad por sus semejantes. Estos valores son los que debemos fomentar para crecer como ciudadanos.Creo que debemos incentivar esos valores desde el hogar tratando de que los más pequeños de la casa cultiven sus modales a diario, dando los buenos días, agradeciendo, disculpándose cuando sea necesario y afrontando sus responsabilidades con convicción y seguridad.También es importante que los medios y el Gobierno se involucren creando campañas públicas por radio y televisión que fomenten la formación de valores que ya no resultan importantes para la sociedad venezolana de estos días.Cada uno antes de salir debe decirse a sí mismo: “Voy a tener un buen día”, poner una sonrisa en el rostro y tratar de amar al prójimo como a ti mismo sin importar lo demás.

Ninfa Durán
ninfaduran4@gmail.com


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