lunes, 27 de noviembre de 2017

Scouts centenario y pa’ la cola

La comunidad de Los Ruíces se reunió para celebrar otro año del Movimiento Scouts en Venezuela, con el grupo Santo Domingo Savio junto a otros 4 grupos pertenecientes al Centro Juvenil Don Bosco.

Con desfile, misa y verbena, los habitantes del este caraqueño llenaron de alegría las calles del sector Los Ruíces, y se concentraron en el parque Simón Rodríguez.

Scouts en Venezuela celebra este año su aniversario número 104, representando una de las organizaciones con mayor trayectoria e impacto positivo en la comunidad.

Los miembros caminaron y bailaron al ritmo de sus canciones desde la Técnica Don Bosco, en la av. Rómulo Gallegos, pasando por la calle C de Los Ruices hasta llegar al parque, donde se realizó una misa en honor a María Auxiliadora.

Los juegos, las actividades de relevo, los gritos de patrulla, las canciones de campamento, las presentaciones artísticas, las habilidades manuales y los puestos de comida en la verbena fueron los protagonistas para llenar de sonrisas a los miembros de la comunidad. La acción es de impacto positivo en las jornadas educativas y de recreación que realizan cada sábado los scouts desde hace 25 años en la zona.

Dentro de los objetivos de esta organización destacan; reforzar en los jóvenes los valores, atender los problemas de la comunidad, disminuir los niveles de violencia y drogadicción, al tiempo de realizar campañas que promuevan el cuidado del medio ambiente y el respeto por los espacios públicos donde se reencuentra la comunidad y sus organizaciones.

Alejandro Torres
torresale71@gmail.com

jueves, 23 de noviembre de 2017

Dios sabe lo que hace

Hay momentos en la vida que dudamos de las cosas que nos pasan, pero siempre se debe tener presente que “Dios sabe lo que hace”. Tanto el tiempo de Dios como sus planes son distintos al tiempo y a los planes del hombre, porque los designios del Señor son incomprensibles para la mente humana. De allí la frase popular: "Dios escribe recto sobre líneas torcidas". Es decir, lo que para el hombre parece equivocado para Dios no lo es.

Eso explica que muchas vivamos situaciones que nos parecen malas o que no las deseamos y, tiempo después, nos damos cuenta que había  una razón para que ocurrieran. Lo importante, en este sentido, es no dudar. Por muy difíciles que sean las situaciones por las que estemos pasando ante Dios siempre tendrán respuestas,  aunque a veces no las comprendamos. De Él brota la justicia y la misericordia, y nunca debemos dejar de ser humildes y agradecidos por los designios de Dios en nuestro camino.

Él nos invita a reflexionar con personas justas y comprensivas, y no perder nuestra  fe por la incertidumbre del mañana.  Nuestro destino se revelará en su momento, como nos lo enseña el Génesis (41, 14-16) cuando el faraón mandó a llamar a José (hijo de Isaac quien fue nieto de Abraham) para que interpretara  uno de sus  sueños.

Sinceramente confieso que es imposible imaginar la decepción de José cuando sus hermanos lo vendieron a los egipcios, y más aún cuando lo llevan a la cárcel por una acusación injusta por parte de Potifar.

Debemos seguir caminando por la senda de nuestro destino sin intentar titubear ni dar pie al rencor, teniendo presente que “Dios sabe lo hace”. Él es quién nos acompaña en este transitar por la vida para que fortalezcamos nuestra alma, pensamiento y amor.   Él es la gloria y nuestro destino, por los siglos de los siglos, amén. 

Raúl Isea
raul.isea@gmail.com

¡El ejemplo comienza por casa!

El Diccionario de la Real Academia Española (Drae) define la conciencia así: “(Del latín, conscientia). Conocimiento, noción: tener conocimientos de sus derechos. Sentimiento interior por el cual aprecia el hombre sus acciones. Moralidad integridad”.

Traigo esto a colación, motivado a que en días recientes me encontraba en una cola de una entidad bancaria, en Cagua. Mientras esperaba, conversaba amistosamente con un joven que estaba delante de mí. Varios fueron los temas de los que hablábamos, entre ellos, mi interlocutor empezó a referirse espontáneamente a la política nacional. Las normas del buen oyente se hicieron presentes.   

En su perorata arguyía  sobre  las debilidades del Gobierno: que si la inflación, la deficiencia de los servicios públicos, la inseguridad, y hasta llegó a comparar nuestro país con otros confines. En fin, un listón de problemas. Casi que enderezaba el mundo. Por su puesto, que el hombre acertaba muchas cosas. Es incuestionable; aunque no arrimó ninguna bola para el mingo. Bueno,  es parte de la tolerancia.

Mi colocutor, simultáneamente, degustaba de un cafecito negro que le había vendido un buhonero, mientras continuaba denigrando de nuestra tierra. Quedé perplejo de su doble discurso, porque quien lanzaba epítetos hacia nuestra pequeña Venecia, después de beberse el negrito, en lugar de echar el vasito  en una papelera, lo arrojó al piso, inmisericordemente. 

Ante tal acción, le dije: “Si queremos una mejor Venezuela, debemos comenzar por nosotros mismos. Que era una falta de conciencia”. Noté que el sujeto empezó a ponerse como verde, es  más,  se quedó mudo como un cementerio.

Esto me hizo convalidar más que una Nación se construye con el esfuerzo de todos, aun en las meras actuaciones. De nada vale estar dándonos golpes en el pecho cuando individualmente cometemos actos que dañan la imagen del país. Por ello, digo sin sonrojos “¡El ejemplo comienza por casa!”.

José García
Abogado
guaicaipuro14@hotmail.com