martes, 30 de agosto de 2016

Botadero de agua sucia



En la avenida Fernando Peñalver, en el viejo camino de Galipán, parroquia San Bernardino (DC), hay un derrame de aguas servidas que está rompiendo la calle. Además, el agua está llegando hasta la Av. Arturo Michelena y abre un hueco en la calle cerca de la parada del Metrobús. Hacemos un llamado a las autoridades para que solucionen el inconveniente. 



Padua Nheme Barakat          

La inseguridad policial



En Venezuela, con el devenir de los últimos años, se han gestado grandes transformaciones sociales. Una de ellas fue la reforma policial, la cual surgió luego de un proceso de consulta e investigación que concluyó con la promulgación del nuevo modelo de seguridad, con altos estándares de desempeño, eficiencia y eficacia, que se ha caracterizado por ser humanista, con apego a los derechos humanos de la población. 

Sin embargo, esa transformación ha perdido el impulso que inicialmente tuvo, a pesar de contar con una casa de estudios superiores. El nuevo modelo se encuentra sin dirección y sin metas claras, el funcionario está desprotegido judicialmente y muchos siguen cayendo en los viejos paradigmas delincuenciales que llevaron a la intervención y eliminación de la Policía Metropolitana.

Si bien es cierto que en todas las familias -sin tildarnos de racistas- pueden encontrarse ovejas negras y descarriadas, también es innegable que existen funcionarios policiales quienes dan lo mejor de su trabajo, dejando atrás hijos y familias por el bien de la comunidad.

A ese devenir de la inseguridad policial se han unido los asesinatos de policías, que actualmente parecen tener precio. Lamentablemente, eso se debe a la inefectividad de los operativos, pues hay que esperar que el delincuente arremeta sin piedad violando todos los derechos humanos no solo de los funcionarios, sino también de la población en general para poder actuar con contundencia. 

Las estadísticas dejan en evidencia que se mantiene la tendencia de asesinar policías. Las cifras son elocuentes en los últimos meses ya no solo para despojarlos de su arma de reglamento; ahora, asesinarlos significa ganar categoría. 

Antes, los asesinatos ocurrían generalmente cuando el funcionario estaba fuera de servicio y los más vulnerables eran los oficiales con menor jerarquía y edad, pero ese modus operandi ha sido cambiado, ya que los ataques son realizados de manera programada y sistemática. Es un problema que debe ser tratado urgentemente por los entes encargados de prestar seguridad a la población. En algo se está fallando y el ente encargado de brindar justicia debe estar acorde con los nuevos desafíos.








Ángel Pulido Colmenares pulido
Habitante de Guatire (Mir)

lunes, 29 de agosto de 2016

Calle en mal estado en Guárico



Los habitantes de Misión Abajo en el sector Arenal, en la ciudad de Calabozo (Guá), exigen la reparación de la calle principal de Guamachito. Se les hace un llamado a las autoridades competentes para que realicen el asfaltado de la vía. Así, los vecinos podremos tener una mejor calidad de vida dentro del sector.




Anthuam Gilbert
cibertkf.p@gmail.com

Cumbres de Curumo clama orden




Paralelamente a los Clap, los organismos policiales del estado deben adoptar medidas para impedir la pernocta de personas en las puertas y adyacencias de supermercados y afines.
Vivo en Cumbres de Curumo y en los últimos seis meses la realidad de quienes residimos en las calles cercanas al supermercado es una pesadilla, dada la avalancha de personas que desde la noche anterior pernoctan a las puertas del supermercado, a las que se suman las que llegan de madrugada traídas por camionetas, autobuses y camiones.

Los visitantes hacen toda clase de ruidos. Voces y gritos se confunden con los escapes libres de las motos y el corneteo, lo cual viola el elemental derecho a la paz de quienes duermen a esa hora. A las estridencias se agrega la basura que dejan regada por la calle, complementada con toallas sanitarias, pañales y desechos orgánicos a lo largo de la acera y frente a los edificios. De nada han servido llamadas a la policía, los reclamos al alcalde Blyde y las reuniones de los representantes de la comunidad con coordinadores policiales y gerentes del supermercado para solucionar la insoportable situación. Por esta circunstancia, quienes residimos en el sector hemos sido desplazados y prácticamente perdimos el acceso al supermercado. De seguir así, a los residentes de Cumbres, donde no se han constituido Clap ni comunas, se les dificultará adquirir alimentos regulados y sin regular, así que urgen medidas para encontrar el equilibrio y vivir en paz.

Nely Gómez S.
Habitante del municipio Baruta (Mir)