martes, 18 de octubre de 2016

El calvario de quienes venden comida

Se  dice que necesitamos una sociedad de productores, porque produciendo seremos lo que nunca hemos sido y debemos ser. Pero hay productores que están viviendo un drama.

Las familias que elaboran y venden comida viven un calvario con esta inflación y desabastecimiento. Los que procesan alimentos y los convierten en tortas, arepas rellenas, yogurt, helados, jugos, pastelitos y otros productos terminados, están por desaparecer por falta de insumos o porque al conseguirlos al costo de “bachaqueo” y en las cantidades que necesitan, toca incrementarel precio de venta. Y, en consecuencia, la demanda baja.
                                                          
Si bien las medidas que ha tomado el Estado están orientadas a que cada familia reciba sus alimentos, es hora de atender este tipo de emprendimientos, porque si estas familias no venden sus
productos, ¿cómo sustentan sus ingresos? Liderados en su ayoría
por mujeres, estas empresas con creatividad inventan como  sustituir una materia prima por otra, pero hay cosas que no se pueden sustituir y entonces el negocio se complica.

En 2014 se anunció la creación del Pdval al mayor, iniciativa que buscaba proporcionar productos a pequeños comercios alimenticios del país. Pero de esto nada más se ha hablado.
Tampoco se han creado los enlaces con productores privados para que abastezcan a estos  negocios. Sobre todo con  los pequeños y medianos emprendedores del campo y el mar, quienes, seguramente,  también querrán ubicar sus cosechas y pescados en comercios de este tipo.

La economía es un flujo que  debe drenar toda la sociedad, así como la sangre drena el músculo, si no, viene la gangrena y muere el tejido por falta de riego. Igual sucede con la economía.


PEDRO SANDOVAL

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