José Durabio Moros. Recientemente
CorpoCapital, un ente adscrito a la Alcaldía de Caracas, culminó con éxito la
instalación de ascensores nuevos para todos los edificios del Complejo Parque
Central, en Caracas. Ascensores chinos de alta tecnología, silenciosos y
serenos, dignos de primer mundo. Inclusive hay asesoría permanente de
los técnicos de China que están aún en el país con la finalidad de atender
cualquier novedad que se presente.
CorpoCapital a su vez
asignó operadores para atender su funcionamiento, una medida que, además,
mejora el aspecto de vigilancia para la buena conservación de estos aparatos de
última tecnología, y de manera indirecta
es algo que significa una ayuda para el nuevo sistema de prevención y seguridad
que hay en el complejo.
Ha pasado poco más de
un año de la culminación de la instalación de estos magníficos ascensores y ya
observamos cómo algunos de ellos están fuera de servicio. Inclusive, se nota
que los han deteriorado por dentro y hasta les
han robado las pantallas de video arrancándoselas de cuajo. Es una situación
demasiado lamentable ver cómo se pierden tan rápido estos esfuerzos tan
costosos en dinero y en horas hombre.
Es difícil evitar el
vandalismo en este suburbio urbano y en una sociedad como la de Caracas donde
la cultura y la educación se han venido un poco a menos en los últimos años,
entre otras cosas dada la avalancha humana descontrolada que ha entrado al
país, que se ha instalado en las ciudades y que en Caracas, en su gran
mayoría, vive en las extensas zonas no planificadas que la rodean, donde
imperan la insalubridad, el desorden y el feo paisaje, germen de la
delincuencia.
El aislamiento de los
grupos urbanos organizados es lo que va quedando, dada esta patética realidad,
como efectivamente vemos en los urbanismos de Caracas, que se han cerrado.
Pero Parque Central
extrañamente no ha adoptado ninguna medida en este sentido y permanece abierto
las 24 horas del día, con decenas de entradas y salidas libres y otro tanto de
zonas solitarias y de baja circulación, que es precisamente por donde escapan
los vándalos causantes de los deterioros y de los atentados
contra la gente.
Se hace imperioso
planificar un eficiente sistema de control para este complejo desde una visión
universal que derive en todos los detalles, y tomar acciones. De lo contrario,
veremos el decaimiento moral del personal de mantenimiento
y de vigilancia de la Alcaldía de Caracas al ver que sus esfuerzos son casi que
inútiles, y veremos también la desmoralización de sus habitantes, un
conglomerado humano con luchas de vieja data y que creyó ver por fin la luz con
la incorporación de CorpoCapital, una luz
que se viene apagando poco a poco.
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