martes, 8 de abril de 2014

TIEMPO DE REFLEXIÓN


Estamos pasando por un período de transición en nuestra nación, donde a muchos los invade el miedo; a otros, la euforia. Muchos no saben qué hacer ni qué decisión tomar. Sus mentes están llenas de incertidumbre, inestabilidad emocional, prepotencia e incapacidad. Es crucial y transcendental la decisión que tomemos en este tiempo, pues de ella dependerá el futuro de nuestras generaciones. Esa decisión marcará una huella profunda en la generación de relevo que en algún momento tomará la batuta y las riendas del país que construyamos; serán los capitanes que guiarán la nave Venezuela que soñamos. El lenguaje que necesita nuestra nación es de paz, de perdón y de reconciliación. Para ello, debemos impregnarnos de amor, necesitamos generar y propiciar ese vocablo desde lo más íntimo de nuestro ser. Si lo logramos, será lo único que nos mantendrá unidos e invencibles. Hay una verdad poderosa en las Sagradas Escrituras que reza: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7). Construyamos juntos el país que soñamos. Venezuela es un país de oportunidades extraordinarias, única, con variedad de recursos, de toda índole, materiales y naturales, con un potencial que aún no hemos explotado. Venezuela te necesita y tú eres parte de ella. Venezuela no son los rojos, tampoco los blancos; Venezuela somos todos. Asumamos nuestra identidad y seamos protagonistas de los cambios gigantescos que se avecinan. Formemos parte de una nueva nación guiada por valores correctos. Si revisamos un poco nuestra historia, lograremos evidenciar que nuestra identidad se ha distorsionado. No somos ni la cuarta parte de nuestra realidad. La influencia que hemos recibido de agentes externos ha sido tan fuerte que no tenemos sentido de pertenencia, de personalidad. Es importante rescatar lo que realmente somos, cuál es nuestro verdadero origen, recordemos la Venezuela de antaño. Si mantenemos esa posición, será lo único que garantizará la estabilidad, la paz, la armonía y la hermandad. Propiciemos juntos la reconciliación. 

José Manuel Díaz
Estudiante
Habitante de Barinas
jmdiazu@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario