lunes, 4 de enero de 2016

En estos tiempos


El tener conocimientos básicos en primeros auxilios es necesario para afrontar en cualquier momento incidentes en nuestro trajín diario en el hogar, trabajo, o en cualquier ambiente en que nos encontremos.

Estos abarcan desde colocar algo frío como un pedazo de hielo en un “chichón o hematoma corporal”, hasta una buena maniobra de resucitación cardiopulmonar en el momento de un paro cardiorrespiratorio, que puede ser reversible en muchos casos inicialmente, hasta esperar una ayuda más avanzada y con personal entrenado.

No hay que olvidar que “es preferible prevenir que lamentar”. Factores ambientales o naturales, como inundaciones, sismos, incendios pueden suceder en cualquier momento, sin olvidar también los accidentes viales de todo tipo.

Algunos consejos que me atrevo a comunicar son:

Si pueden, reciban cursos de primeros auxilios, y, si no, ante una herida traten de parar el sangramiento con un pañuelo o tela disponible limpia haciendo presión en el sitio del sangrado, laven la herida con suficiente agua; es importante evitar la infección de cualquier tipo. Lo último en una herida sangrante es recurrir al torniquete, el cual debe ser muy vigilado por los problemas que puede dar si no se está atento a la circulación del miembro afectado.

Ante cualquier objeto incrustado en el cuerpo, “no lo retire”, cúbralo con algo limpio, como un plástico o tela; así mismo si observa vísceras o contenido abdominal. Si hay lesión penetrante en tórax y observa salida ruidosa de aire, tape la herida con algo de teipe adhesivo.

Ante sospecha de fracturas en los miembros, no mueva a la víctima y coloque algo para inmovilizar el sitio de la posible fractura, utilice cartón, periódicos, tablas, ropa si está a su alcance, hasta que llegue ayuda médica.

En casos de cuerpos extraños en la boca y ahogamiento, la maniobra de Hemlich (presión abdominal) es salvadora; esta se las dejo para que la investiguen y la aprendan en sus futuros cursos, así como RCP o resucitación cardiopulmonar y los demás conocimientos de primeros auxilios.

Todas estas pocas recomendaciones elementales deben estar acompañadas de un buen trato a la víctima, hacerlo con amor, confianza, serenidad y, sobre todo, seguridad.

Como decía la Madre Teresa, “el que no sirve para servir, no sirve para vivir”.

Rubén Lopera
rdlchez@gmail.com

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