martes, 26 de abril de 2016

Bienestar o malestar


Día a día, a nuestras vivencias les damos una ponderación según nuestra apreciación. La realidad depende del valor que le confieres. Puedes decidir ver lo desagradable y quedarte estacionado por años allí o simplemente tomar lo mejor y avanzar. Puedes acumular también resentimientos siendo esclavo del rencor y malos recuerdos o superar y avanzar en todos los aspectos.
Cargas un morral de preocupación y muchas veces de cosas que no han ocurrido y te adelantas a los resultados. Si estás conectado con la carencia, el miedo o la escasez, los resultados futuros serán nefastos. ¿Hasta cuándo sufres por situaciones que no han sucedido? No comulgues con la tristeza, con los resultados negativos, porque en el fondo sabes que deseas otros resultados.
¿Hasta cuándo educas a tus hijos con información o formación que te conecta con lo que no deseas? Basta de repetir esas creencias y frases que te separan de lo que deseas; por ejemplo: todos los hombres son iguales, todas las mujeres son iguales; ser rico es malo; pobre pero honrado; solo pero feliz; loro viejo no aprende a hablar; ¿para qué hacerlo si no nací para eso?; más salado que...
Interioriza que con esa creencia educas a los más pequeños lejos de la verdad. Imagina a esos seres de luz creciendo bajo esos paradigmas. La intención de estas líneas es que tomes conciencia de lo que piensas, sientes, decretas con tus palabras o imaginas sobre lo que pasará en tu vida. Es tiempo de avanzar, de convertirte en tu mejor amigo, de tomar conciencia de que si piensas de una forma, te conectas con esa forma.
Quiero que cierres los ojos y traigas a ti una creencia o un pensamiento que te domine, contrasta, comienza a hacer lo que te da alegría, comer  lo que te gusta, y basta de conectar con esos pensamientos y sentimientos de escasez. Voltea a otro lado y observa la naturaleza, pues ella sigue dando y no espera resultados externos. Las matas de mango siguen dando frutos a pesar de que los tomen; sigue siendo más bella y frondosa porque está conectada con su fuente, sus raíces, su amor. No piensa en para qué dar, para qué lucir hermosa si la maltratan o la golpean. No me dan o voy a dar a medida que me den. Somos vibración y, por ende, atraemos de acuerdo con nuestra sintonía. Trabaja en ti para que tus resultados cambien. Cambia a tus pequeños, a tu hogar, comunidad, ciudad y país. A trabajar juntos por nuestro bienestar.






Ivonne Piñango Duque 
ivsarih@gmail.com  

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