martes, 9 de febrero de 2010

Un viejo que quiere su Metro

Gran molestia me ocurrió en días pasados cuando leí en este diario las opiniones de 4 personas jóvenes sobre el funcionamiento del Metro. Siempre he pensado que para apreciar tu situación sobre cualquier problema debes ver también la de los demás.
Uno dijo: falla mucho, no hay aire, las escaleras mecánicas no sirven y la inseguridad está desatada.
Ese mismo día hice mi cotidiano viaje gratuito desde San Bernardino (Metrobús) a Bellas Martes y luego hasta la Universidad Central con el respectivo retorno.
El Metrobús impecable, las escaleras mecánicas trabajando incansablemente y perfectas, a pesar del exceso de fricción y peso, para poder brindar un buen servicio.
En inseguridad no encontré nada. Tampoco vi a ningún conductor tratando con el público por cuanto estos profesionales están encerrados en su cabina y no existe acceso del público a su lugar de trabajo.
Dijo otra persona que sufre 2 horas en el recorrido desde Propatria hasta Catia y me pregunto ¿si eso es cierto, por donde pasaron ese día los demás trenes que iban atrás o hubo un caos en Caracas?.
Como es posible que se diga que los trenes tienen una vida útil de 10 años cuando siempre llegan a los 40 ó 50 años en todos los países del mundo y hasta los aviones regalados al Ecuador hechos por la misma fábrica en Francia tienen 39 años en uso y ahora es que les falta. Los 10 años contados son de vida en depreciación contable a los fines de que se consideren como pagados, pero no desechos.
Los señores opinantes deberían conocer el Metro de París en sus estaciones de Gare de Clinancourts- Cite Gare de Lyons y otras donde no se respetan las máquinas de pases y parecen gallineras criollas.
Si llegamos a conocer el oscuro y antiguo Metro de Madrid, así como el sucio y ruidoso Metro de Nueva York, en el cual permanecen durante las horas del día y la noche una serie de señores que se dicen buenos consumidores del producto que más le envía nuestra vecina nación colombiana “la droga” quizás llegaran como yo a querer su Metro caraqueño.
Norman Rodríguez Martínez
Residente de un geriátrico en San Bernardino.
Norman.rodriguezmartinez.gmail.com.

5 comentarios:

  1. Comparti la lectura de este reportaje esta mañana con mis compañeros de la universidad y quedamos indignados al leer que la persona que realizo el mismo dijo que no hay delincuelcia en el metro de caracas, si hay delincuencia en el metro de caracas muchas personas han sido atracadas en los vagones entre ellos compañeros de clase, vecinos, conocidos ,etc; las escaleras mecanicas en el caso de gato negro funcionan dos semanas o hasta un mes y despues no y es una espera larga para la reparacion; muchas veces los vagones no tienen aire y recuerdo como el dia viernes una señora se desmayo en el transcurso del viaje desde sabana grande hasta plaza venezuela, estaba sofocada de tanto calor; sin contar las personas que se montan en los vagones pidiendo colaboraciones y vendiendo lo que sea; sin contar tambien la inconciencia tambien de los ciudadanos que arrojan basura en las instalaciones y comen dentro de los vagones; a este Señor con todo el respeto le invito a que viaje mas a menudo en el sistema del Metro de Caracas para que vea cara a cara la realidad que estudiantes, trabajadores y personas que necesitan hacer sus diligencias se enfrentan dia a dia.

    En este caso estamos hablando del METRO DE CARACAS, AMERICA LATINA, no estamos discutiendo Europa o Estados Unidos, nos interesa es nuestro sistema que cada dia esta mas deteriorado tenemos que fijarnos en lo bueno, lo regular y lo no tan bueno de nuestro sistema.

    Uso diariamente el Metro de Caracas y es muy extraña la vez cuando un tren esta en buenas condiciones, al igual que yo muchos lectores pueden afirmar como se encuentra el sistema del Metro de Caracas.

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  2. Me uno al comentario de Dayorkis. La verdad a veces puede ser dura, más tratándose de la que se refiere a nuestro sistema, en este caso de nuestro principal sistema de transporte y, claro está, de nuestra cultura. Quienes usamos el Metro de Caracas a Diario, porque no nos queda otra opción, sufrimos. Hablo en plural pues aún no conozco a nadie que después de usar el metro salga feliz o satisfecho. Es obvio que falta planificación. Antes no hubo visión de futuro para calcular la cantidad de usuarios que tiene el metro y ahora no hay control en aspectos importantes como la frecuencia que debería haber en la llegada de los trenes, el aire acondicionado, el control de la inseguridad, las estrategias para que se cumplan las normas de usuario, para que haya orden en los andenes, especialmente en las hora pico. Cuando no hay control, supervisión, planificación todo se vuelve un caos, como el que vivimos en nuestro metro. Hoy existen nuevos fenómenos culturales que no son atendidos, por ejemplo, cada vez hay más personas que usan el metro para pedir dinero, para atracar; desde hace aproximadamente 3 ó 4 años está la "moda" de escuchar música a todo volumen desde los celulares (eso es un agente perturbador puesto que eso es un espacio público y como tal debe respetarse), cada vez hay más agresividad verbal y física y la gerencia del metro sólo se limita a colocar unos cuantos afiches que no hacen nada. Todo lo que ocurre en el Metro, tanto en el funcionamiento de los equipos, trenes, horarios, cultura, es asunto de quienes lo "gerencian".

    Recuerdo esa época en la cual gracias a las constantes campañas del Metro, la gente respondía, y me refiero a todos, a sus trabajadores y a sus usuarios. ¿Qué está ocurriendo hoy? ¿Por qué se limitan únicamente a que las personas cedan el puesto? ¿Por qué no hay un cuerpo efectivo de vigilancia que permita tener más seguridad? ¿Por qué no hay control ahora que hay más usuarios? ¿Por qué no se ha considerado implementar nuevas normas de usuario ahora que están surgiendo nuevos fenómenos de comportamiento? Si quienes tienen las respuestas a esos por qué viajaran a diario en Metro con toda seguridad la historia sería otra.

    En estos tiempos viajar en Metro significa también aumentar el estrés, deteriorar la salud física y mental, arriesgar la vida, estar dispuesto a ser insultado, atracado, entre otras cosas que uno ni espera. Ojalá quienes tienen en sus manos la posibilidad de hacer algo, definitivamente lo hagan, de lo contrario no habrá ni si quiera con quien compararnos.

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  3. Como dice el refrán no hay peor ciego que el que no quiere ver. Ese recorrido de Bellas Artes a Ciudad universitaria, yo también lo he realizado. Para comenzar he visto perros callejeros dentro de la estación de Bellas Artes. En Plaza Venezuela la mayoría de las veces las escaleras no funcionan. Específicamente las de la trasferencia hacia la línea 3 por el acceso de la dirección Propatria. Y en esta misma estación la ausencia del aire acondicionado es más que evidente. En algunos trenes falta el aire acondicionado no en uno sino en varios vagones; lo sé porque me he cambiado de vagón para luego darme cuenta que en el siguiente ocurre lo mismo. En cuanto a la inseguridad mi hija, mi hermana y yo hemos sido testigo de atracos dentro de la estación Altamira. Entonces, porque este señor, uno entre casi cuatro millones de habitantes que tiene la capital, diga que en su paseíto en metro no vio o experimento nada de inseguridad, retraso de los trenes o falta del aire acondicionado debemos cree que este servicio es óptimo. ¡Por favor! Aquí cada quien tiene derecho a denunciar y criticar constructivamente todo aquello que le afecte. ¿O que? nos autocensuramos para no herir los sentimientos de quienes se niegan a ver la realidad. Sinceramente me importa un bledo la situación de servicios similares en otras latitudes. Vivo en Caracas, uso el metro de Caracas y creo que todos merecemos un servicio mejor.

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  4. El Domingo 21 fueron atracadas 5 personas dentro del metro resultando. Aqui le dejo al Mister que quiere a su metro este articulo de un periodico de circulación nacional.

    Los usuarios del Metro de Caracas vivieron un nuevo episodio de violencia el domingo en la tarde cuando un hombre con un arma de fuego robó a cinco pasajeros en un vagón en la estación de Plaza Venezuela.

    Un operador de la compañía indicó que el hecho ocurrió a las 4:30 pm en un tren que iba con dirección a Propatria. Sin embargo, el funcionario explicó que no podía dar mayores detalles del suceso porque eso le corresponde hacerlo a la Gerencia de Protección y Seguridad de la empresa. Extraoficialmente se supo que entre las víctimas y el atracador hubo forcejeo y golpes. Una de las personas resultó lesionada y tuvo que ser auxiliada por otros usuarios.

    "Aquí esas cosas son cotidianas. Tal vez lo nuevo es que el atracador haya herido a una de las personas que robó. Todos los días recibimos por lo menos 10 denuncias de usuarios que son atracados y esas son sólo las personas que nos avisan, porque otras salen sin decir nada y nosotros tampoco podemos arriesgarnos a intervenir en esas situaciones porque ponemos en riesgo nuestra integridad física y hasta la vida. Actualmente no hay brigada de seguridad en el Metro", señaló el operador, que prefirió no ser identificado por temor a ser sancionado por declarar a la prensa.

    El funcionario recordó que en diciembre uno de sus compañeros fue apuñalado en la estación Parque Carabobo por un invidente. "El operador trató de sacar de las instalaciones al hombre que estaba pidiendo dinero y éste sacó un puñal y lo hirió. Afortunadamente pudimos atraparlo hace poco y el caso pasó a la Fiscalía, porque cuando entregamos a los trasgresores a la Policía Metropolitana los sueltan de inmediato", dijo.

    El trabajador del Metro explicó que el modus operandi más utilizado por los asaltantes es empujar a los usuarios en las escaleras mecánicas. Cuando se voltean a ver quién fue un ladrón que está al otro lado es el encargado de arrancarle las pertenencias a la víctima.

    "Uno los identifica y sabe quiénes son, pero los hemos atrapado varias veces y los liberan. Por eso es que cuando los vemos en la estación hacemos la advertencia a los usuarios de que estén atentos y resguarden sus pertenencias, precisamente para evitar que sean robados", aseguró el operador.

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