jueves, 14 de febrero de 2013

Ruleteo hospitalario



Desde hace aproximadamente ocho días, la Sra. María, quien trabaja en casa de un amigo, le dice a su jefe que siente un malestar estomacal (parecido a un virus).
La Sra. María comienza a tomarse unos guarapos caseros, pero el malestar persiste. Debido a eso, su jefe decide llevarla al ambulatorio más cercano a su domicilio, y allí comienza el calvario.
En el ambulatorio le indican que al no manifestar que es una emergencia debe solicitar una cita para el próximo mes. Luego de un cruce de palabras, atienden a la Sra. María y la envían a su casa.
Como el malestar aumenta, su jefe la lleva a una clínica privada, donde le hacen los exámenes de laboratorio y determinan que "debe ser operada de emergencia de la vesícula", su jefe solicita el presupuesto y casi se desmaya como Condorito: el presupuesto es de Bs 60.000, más Bs 10.000 de depósito de garantía (el seguro de la Sra. María no trabaja con esa clínica y la cobertura no le cubre el costo de la operación).
El médico tratante le da una orden para el Hospital Clínico Universitario, donde no la reciben y a las 10:00 pm le "sugieren" llevarla al Hospital Militar; aunque no le garantizan que la reciban. Después de dos horas de espera y miles de llamadas, el jefe de la Sra. María ubica a un médico amigo que trabaja en el Hospital Clínico Universitario y le dice que se devuelva al Hospital Clínico Universitario (mientras él realiza unas llamadas).
Finalmente, casi amaneciendo, la Sra. María es ingresada al Hospital Clínico Universitario, donde nuevamente le hacen exámenes para determinar la gravedad de la dolencia y le indican a su jefe que efectivamente el caso es grave, que hay que desinflamar la vesícula antes de proceder a la operación y que dé gracias a que le asignaron una cama.
Afortunadamente, la Sra. María tiene un jefe que se preocupa por sus empleados y que no la dejó de su cuenta y riesgo, porque a lo mejor -en lugar de estar ahora pendientes de la recuperación de la Sra. María- estuviéramos ahora acompañando a mi amigo en otras diligencias más dolorosas.
Este caso se resolvió satisfactoriamente, pero ¿cuántos cientos de casos como éste no terminan así debido a las carencias de nuestros centros hospitalarios y a la indolencia e incapacidad de quienes dirigen estas instituciones?
Irina Arraiz León
Comerciante
Habitante de El Hatillo
polarico2011@gmail.com

1 comentario:

  1. ES LAMENTABLE LO SUCEDIDO A LA SRA. MARÍA QUIEN TUVO ESTE MALESTAR FÍSICO EN SU SALUD Y LAMENTO ESTE HECHO POR VARIA RAZONES,PRIMERO LA SEÑORA IRINA ARRAIZ LEON NO SEÑALA QUE LA SRA.MARIA ESTA ASEGURADA POR EL SEGURO SOCIAL PORQUE LO LÓGICO ERA LLEVARLA ALLÍ PARA OBTENER EL SERVICIO A TIEMPO" Y ELLA PODER GUARDAR REPOSO REMUNERADO COMO CORRESPONDE EN ESTOS CASOS Y LA SRA.MARIA PUEDA ACUMULAR SUS COTIZACIONES PARA EL COBRO DE SU PENSIÓN EN SU MOMENTO OPORTUNO LO OTRO QUE LAS CLÍNICAS PRIVADAS NO LE INTERESA LA VIDA DE UNA PERSONA PARA NADA SOLO LE IMPORTA EL DINERO Y MAS NADA Y EL PACIENTE NO EXISTE SINO HAY DINERO NO HAY ATENCIÓN MEDICA,TODO ESTO ES MUY LAMENTABLE MENOS MAL QUE LA SEÑORA MARIA SALIO BIEN DE ESTO Y LA FELICITO COMO TRABAJADORA PERO SIENTO TODAS SUS PENURIAS COMO SI FUERAN MÍAS.PERO LLEGARA EL DÍA EN QUE TODOS LOS TRABAJADORES ESTEMOS PLENOS DE SALUD CUANDO NOS VEAMOS QUEBRANTADO POR UN MAL DE CUALQUIER TIPO EN NUESTRO CUERPO.PRIMERO DEBE SER LA VIDA Y DESPUÉS LO DEMAS

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