lunes, 22 de agosto de 2016

Hacia dónde vamos



El país está estremecido; si bien es cierto que existen cosas fuera de lugar que todos conocemos, lo más dificultoso es que poco a poco la hermandad existente entre nosotros está diluyéndose como el agua entre los dedos. Solo basta con ingresar a las llamadas redes sociales, que deberían de llamarse redes disociales, y ver cómo nos envenenan con su contenido a todos los que en ella transitamos; si queremos criticar determinadas circunstancias, debemos hacerlo pero con cordura, buscando la reconciliación nacional, llamando al respeto de los unos y los otros sin ningún tipo de distinción, político, ni social.

El respeto es la base esencial para una convivencia sana y pacífica entre los miembros de toda sociedad, pero parece que nosotros perdimos ese respeto y ese amor por lo nuestro en un transitar inexplicable, perderlo quizás fue lo más fácil, encontrarlo es una tarea titánica en la que cada uno de nosotros debe aportar un grano de arena y así ser una montaña inquebrantable. 

Somos un país formado por una gran cantidad de inmigrantes quienes se instalaron en nuestras tierras y dejaron sus raíces, pero esa herencia entregada por ellos parece haber sido olvidada por muchos de nosotros; decimos herencia porque ellos hicieron suya nuestra tierra; sin embargo, muchos de los que ahora estamos aquí y fuera de estas tierras, claman intervenciones, pero siguen siendo venezolanos y en algún momento tendrán que venir a su país y trabajar por su desarrollo.

Muchos han dicho que hay que saber de dónde venimos para poder imaginar hacia dónde vamos, pero es bueno citar al fallecido presidente John Kennedy: “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país”.

Ángel Pulido Colmenares

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