martes, 20 de diciembre de 2011

Querido Niño Jesús

Te cuento que, por estos días, Venezuela se viste de gala. Espera celebrar en armonía estas fiestas decembrinas. Donde cada hogar, de acuerdo a sus creencias, valores y posibilidades participa de estos festejos tradicionales celebrando la Nochebuena con la típica cena donde están presentes la hallaca, envuelta en su manto de hoja de plátano, la ensalada de gallina, el pernil, el pan de jamón y el dulce de lechosa.
Así también te comento que otras celebraciones como las misas de aguinaldos, las parrandas, las gaitas, el pesebre y las patinatas, aunque ahuyentadas por la inseguridad, se realizan en toda la extensión territorial. Bueno, ya lo sabes porque nos has visitado en otras ocasiones, pero es muy grato recordar lo que nos une y hace felices.
También existe la mítica tradición de pedir al niño Jesús algunos regalos que, generalmente, amanecen al pie del pesebre, debajo de la cama o en algún otro lugar especial del hogar. Es por eso que este año quiero unirme a las múltiples peticiones que recibes de parte de todos los niños y niñas que integran el universo.
Especialmente, quiero enfocar mi solicitud hacia el ámbito más cercano. Se trata de mi país, Venezuela, que, por cierto, durante estas celebraciones te recuerda con gran amor, por la alegría que esparces en todos los hogares que visitas.
A veces es difícil pedir en una sola misiva todas las cosas buenas que anhelamos para nuestro terruño, pero aquí nos lanzamos, con la esperanza de que nuestras peticiones sean leídas y complacidas.
Para nuestro país pedimos como regalo:
Unidad, unidad, unidad.
Tolerancia y paz.

Menos violencia y más comprensión.

Buenos ciudadanos.

Gente comprometida con el medio ambiente.

Mejores dirigentes y gobernantes.

Excelentes maestros.

Buena salud.

Menos tráfico y polución.

Respeto a las leyes.
Consideración con el vecino.
Solidaridad con el necesitado

Protección a la flora y a la fauna.

Cuidado y protección a nuestros niños y niñas.

Respeto y comprensión ante las diferencias y divergencias.

Y para ti, que siempre nos lees con paciencia y esmero, te deseamos:

Un mejor trineo para que resistas las calamidades que encontrarás en el camino.

La sabiduría necesaria para entender este mundo tan complicado.

Y una buena brújula que oriente tus buenas intenciones.
Como es usual, la lista de peticiones es mayor que la de deseos para ti. No es por egoísmo. Es porque hemos acumulado tantas penurias. Esperamos tus bendiciones.
Te saluda una incondicional seguidora.

Dulce María Carpio
Educadora/El Rosal/Chacao
dulcecarpio@gmail.com

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