El fortín, historia patria

1595: los piratas, ladrones, contrabandistas y mercaderes subían la montaña desde La Guaira para llegar a Caracas. Había muchas “picas” utilizadas para ello y eran tantas y difíciles de controlar por la autoridades de la época que para 1597 el rey decidió y ordenó que fuesen cegadas y que todas las comunicaciones con el Litoral se realizaran a través del “Camino Real” que desde La Puerta de Caracas sube la Cumbre y desemboca en Maiquetía.

El primer punto de control se denominó el Fortín de la Cumbre, también conocido como Fortín del Medio o de San Joaquín, levantado en 1784 según plano de Miguel González Dávila.

Un disparo de cañón desde acá avisaba a Caracas cada vez que llegaba un barco de Europa. La idea era evitar el contrabando, mercancía sin pagar flete, o la entrada de personas sin pasaporte, huidos de la justicia. Por cierto, en ese punto también tuvo Humboldt un serio altercado con el oficial de guardia por no cargar consigo el pasaporte.

Hace unos años, no muchos, se anunció con bombos y platillos su recuperación. Hubo actos oficiales, invitados especiales, prensa, radio, televisión... ¡Oh, que maravilla! Por cierto, destacaba el hecho incongruente de la loza que colocaron en el piso, no fueron ladrillos de piedra (arcilla cocida, de color rojiza en forma de prisma), se repararon las ruinas con mosaico rojo, hoy desvaído menos mal, que se destacaba por su incongruencia con los restos antiguos de ladrillo de tierra horneada.

Hoy, algunos muros están de nuevo derruidos. Sí es verdad que no hay basura gracias al trabajo que con las uñas realiza el guardaparques allí destacado. Tampoco hay flores, ni siquiera algún cartel destacado donde “se cuente la historia”.

Lo visitan muchos turistas, pero me da pena ajena cuando se miran unos a otros y tratan de imaginarse la historia. Sería buena idea poner una cartelera con fotos antiguas; cumpliría su cometido.

Un dato interesante es que al bajar por la parte de atrás aún hay vestigios del Camino de los Españoles, algunos tramos de empedrado colonial que comenzó a ponerse en 1763 y alcanzó su acabado definitivo en 1805. Se alcanza a ver hasta llegar a la Guaira; por supuesto, no está completo y habría que rescatarlo.



Edilia Borges

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