martes, 11 de septiembre de 2012

Se olvidó la educación


El término educación conlleva muchas aceptaciones: 'Enseñanza, instrucción, formación, disciplina, adiestramiento, aleccionamiento, catequesis, etc.'.
Todo ser que nace aprende intuitivamente por naturaleza a succionar la leche materna y luego aprende por imitación, según lo que vea en el medio donde se desenvuelve y la conducta de otros individuos que lo rodean. Después viene la etapa escolar, aunque no todos tienen la oportunidad de acceder a ella. Allí desde el primer año en la escuela se le enseña, además de los temas específicos de instrucción (leer, escribir, sumar, etc.) con ejemplos, la forma de comportarse dentro de la sociedad donde vive.
La enseñanza se refuerza en el hogar. Sin embargo, pareciera que en algunas personas no captaron ese proceso de aprendizaje, o si lo hicieron, no dejó huella alguna en ellos.
Todo eso viene al tapete por las conductas equivocadas de algunas personas que encontramos en nuestro diario quehacer en la vida. Por ejemplo: una entra en un ascensor o en un transporte y da los buenos días y si alguna de las personas que ya están allí responde, empezamos bien el día. Comprando el periódico saludamos, utilizamos la fórmula mágica de "por favor, deme usted el periódico", y luego damos las gracias y nos las responden, continuamos bien; pero cuando utilizamos la servilleta, se nos cae al suelo y no la recogemos, todo cambia.
Son costumbres de mala educación que todos conocemos, pero que aún seguimos ejecutando como tomar "un palillo" y limpiarnos los dientes delante de alguien, o no pedir disculpas cuando tropezamos a alguien.
Hay todavía más conductas mal aprendidas; y lamentablemente son practicadas por la mayoría de las personas con las que nos topamos. Pero cada uno puede hacer la diferencia poniendo en práctica lo que nos enseñaron cuando éramos niños.
Edilia C. de Borges
edilia.cdeborges@gmail.com

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