lunes, 23 de diciembre de 2013

EMERGENCIA


Desplazarse en cualquier capital del mundo en automóvil es infernal y, por supuesto, Caracas no es la excepción, sino la regla, pues poseemos nuestro propio desorden, al cual bautizamos como “viveza criolla”. 
Primero, rogamos a todos los santos estar afiliados a algún sistema de salud que nos permita este beneficio, el cual es costoso, por demás, pero que sabemos podríamos necesitar en el momento menos pensado.Si no es así empecemos por rezar miles de oraciones y plegarias a todos los ángeles y arcángeles para que los que prestan el servicio, de manos del Estado, lleguen algún día, pues son tan escasas que muchas veces llega el paciente caminando antes que la unidad o simplemente, el paciente fallece antes de que esta llegue.Ahora viene lo peor: el tráfico. Estas unidades deberían tener su canal preferencial, para llegar a recoger al paciente y trasladarlo a la clínica u hospital de su preferencia; hablamos del hombrillo, que debería ser de uso compartido entre los vehículos accidentados y las unidades de emergencia (bomberos, policía, ambulancias), pero el mismo está ocupado por un sinnúmero de vivarachos que están seguros de ser mejores que todo el mundo junto.Aunque esas actitudes de corredores de F1 en autopistas terminan congestionando, aún más, las vías.Además de que su accionar impide y niega el paso a estos vehículos de emergencia tan necesarios para todos.Por ahí escuchas a muchos decir: “¡Esa va vacía, no quiere agarrar cola!”.Te pregunto: ¿si lo que va es a buscar al paciente? Por favor, amigos, colaboremos, vacía o llena, dale paso, sus rótulos y su altoparlante lo dicen: emergencia, ¡favor ceder el paso!  


Manuela Ortega
Lic. Administración
Taxista 
Hab. Av. FF.AA 
manuelaortega26@hotmail.com

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