lunes, 16 de diciembre de 2013

WARARIA REPANO


El 12 de diciembre de 1958 se dictó un decreto (Nº 473) y mi siempre amado y ponderado Ávila fue convertido en parque nacional, el área asignada a este parque a la fecha de su creación fue de 661,92 km². 
Posteriormente se dictó el Decreto Presidencial Nº 30.408 del 26/5/74 donde se aumentó su extensión a 851,92 km². El parque nacional está ubicado en el área centro-norte del país, dentro del tramo central de la Cordillera de la Costa, en el ramal del Litoral. Puede verse, además de Caracas, desde Guarenas, Guatire, Maiquetía, Macuto, La Guaira y otros asentamientos urbanos que lo rodean. Desde 1558 el nombre que le daban los indios, habitantes de esta región montañosa, era Guaraira-Ripano, que quiere decir Tierra Grande; también estos habitantes llamaban al valle donde se fundó la ciudad de Caracas: Toromaymas. Pero el nombre de Guaraira-Ripano no lo utilizaban mucho los primeros colonizadores españoles y fue sustituido con el paso de los años por Ávila, que era el apellido de un alférez mayor de campo que destacó por su actividad en el Cabildo de Caracas, donde llegó a ser alcalde en 1573, adquirió tierras en las faldas del cerro y dichas tierras comenzaron a llamarse las tierras del Ávila.Son pocas las ciudades del mundo que disfrutan la felicidad de tener a este guardián que nos protege, resguarda; es lugar de esparcimiento y recreación. Los que vivimos a su vera somos privilegiados. Personalmente, ha sido y es refugio de penas y enfermedades, allí me recreo, me aíslo, me refugio del bullicio extenuante de la ciudad, allí soy libre de correr, descansar, de oír el silencio, apenas roto por el roce de las alas de un pajarito, del graznar del riqui-riqui o del canto repetido del cristofué, o sentir el raudo y delicado vuelo de la mariposa azul. El sobresalto miedoso de una culebra de tierra o tigrita. Cuántos caminos andados en esta montaña me han llevado a lugares insospechados por selvas de galería o veranera o nublada.En su cumpleaños solo tengo un sobresalto: ya se comienza a hablar sobre el túnel que horadará sus entrañas para comunicarnos con el Litoral. No quiero ver lo práctico o necesario que sea este proyectado esbozo, solo temo que se resquebraje para mí su maravilloso encanto de misterio y belleza. 

Edilia C. de Borges
Montañista
Los Palos Grandes
edilia.cdeborges@gmail.com 



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