lunes, 30 de junio de 2014

Destrucción

      Desierto y tierra que se levanta en polvo es lo que va quedando de la Guayana Venezolana, pero no es solo eso. También a otras zonas del país les ha llegado la destrucción de la cuenca de sus ríos por la minería incontrolada y el uso frecuente del mineral mercurio. Me refiero a la región del río Caura. 
      Los habitantes de ese lugar, indígenas en su mayoría que siempre han vivido allí, ven con horror y desesperación cómo sus hijos nacen deformes, y ello se debe al mineral nombrado mercurio suena hermoso y una piensa en galaxias, pero no, es mortal, es el asesino silente. 
      No, es el hombre, quizás ignorante minero que explota el terreno para extraer oro y lo hace agregando el mineral en los terrenos donde excava, cerca de las cabeceras de los ríos, y así el agua envenenada se vuelve mortal. 
      Los peces absorben nutrientes naturales que consumen, que ya vienen con un valor agregado nefasto y criminal. El indígena siembra muy pocas verduras, apenas algunas porque su dieta es principalmente piscícola, y lo hacen en el río Caura y sus afluentes de la zona donde viven, ya contaminada por los mineros en su cabecera y, por ende, en sus afluentes. El agua lleva la muerte consigo. No es solo el feto que gesta la madre en el vientre es ella, sus otros hijos, su marido, se contagian los otros niños que juegan y beben el agua del río. 
      Los adultos con el tiempo ven mermadas sus fuerzas, ya no tienen ánimos para cazar, permanecen en el chinchorro mascando chimó hasta que deben buscar atención médica, no saben que sus genes están contaminados para las nuevas generaciones. 
      Ahora en el Chabono solo queda desolación, tristeza, apatía, desidia. ¿Qué destino amenaza a las generaciones indígenas futuras? ¿Dónde están ahora sus antepasados fuertes, vigorosos, trabajadores, pescadores que levantaban sus ranchos con ramas y árboles grandes y protectores? Nos preguntamos ahora, tal como aquella frase de un cómico de la TV: y ahora, ¿quién vendrá a ayudarnos? 
Montañista

Edilia C. de Borges

edilia.cdeborges@gmail.com

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