martes, 3 de junio de 2014

Recordando a don César Costa

En mayo, específicamente el 20, se celebró en el país el Día Nacional del Cronista Venezolano en honor al natalicio de Enrique Bernardo Núñez, primer cronista de Caracas. Fue una fecha propicia para recordar a don César Acosta Saldaña, primer cronista oficial de la ciudad de Barinas, nombrado en 1955.
Pero ¿quién era ese personaje que gozaba de las cualidades para ser el primer cronista oficial de la ciudad? Había nacido en Barinas el 18 de octubre de 1884. A los 2 años de edad quedó bajo el cuidado de su madre, pues su padre había fallecido. Su madre, de incomparable bondad, se quedó sola con su pobreza y la preocupación en la crianza y educación de ese hijo. Para sacar adelante a su familia, elaboraba dulces, guisos condimentados, algodón casero, velas de graso y jabón, además de las ricas arepas fritas y de budare para que su pequeño las vendiera a domicilio.
Así pasó su primera infancia, de casa en casa, de familia en familia, de calle en calle, para conseguir el dinero. Ese oficio le permitió conocer Barinas y su querencia por esa urbe fue creciendo a lo largo de los años.
El inexcusable fenómeno de la muerte le arrebató a su madre. Sin embargo, esa adversidad no lo amilanó. En su inquietud de muchacho, percibía el mundo de las “letras” mientras ofrecía golosinas a domicilio, fabricaba cotizas, reparaba armas de fuego, reforzaba ollas de cocinas, entre otras cosas.
Así lo hizo, logrando ocupar años más tarde los cargos de presidente de la Corte Superior, fiscal del Ministerio Público, juez de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil, miembro de la Corte Suprema de Justicia, síndico procurador municipal del distrito Barinas y presidente de la Junta de Beneficencia y Salubridad Pública del estado Barinas. También, fue miembro de la Banda Oficial del Estado y articulista en diversos periódicos regionales y nacionales.
Los aportes más relevantes alrededor de las cuales gira la obra de don César Acosta es su abordaje metodológico: “la memoria”, el acceso y la utilización de los recuerdos que, atesorados en su alma, quizás como una huella imborrable, “quedaron grabados en lo más profundo de su existencia”. Murió en Barinas el 24 de abril de 1983 a la edad de 99 años, dejando en sus escritos la nostalgia y todo el amor que sintió por su ciudad.




Marisela Araque
Licenciado en Educación Integral
Habitante de Barinas (Bar)
marinelaaraque@yahoo.com

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