martes, 20 de abril de 2010

Madre tierra y ecosocialismo

En marzo participé en el Encuentro por el Ecosocialismo Bolivariano, convocado por el Grupo Venezolano del Parlamento Latinoamericano, cuyos resultados serán presentados por el presidente Hugo Chávez en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, a realizarse en Cochabamba, Bolivia, del 19 al 22 de abril para contrarrestar la fallida Cumbre de Copenhague.
Desde el podium de la Sala Ana Julia Rojas, los sapientes personeros e intelectuales del Gobierno reiteraron hasta el cansancio que el capitalismo es el padre de todos los males ambientales, incluidos la pobreza y el cambio climático, y en su lugar propusieron el Ecosocialismo, aunque no pudieron delinearlo más allá de las gastadas utopías del siglo XIX. El primer día, el público soberano venido de todos los estados del país no tuvo la oportunidad de debatir tan simplones y utópicos argumentos. Si no se estaba de acuerdo con que el capitalismo es el malo de la partida y que el Ecosocialismo es el elíxir mágico, era mejor largarse. Los discursos desde el podium no fueron pensados para reflexionar participativa, interdisciplinaria y críticamente sobre los efectos del modelo rentista y petrolero venezolano, fueron programados para eximir de culpa al modelo bolivariano y elaborar propuestas afines al Ecosocialismo. No sólo no me fui, sino que el sábado acudí rauda a las mesas de trabajo donde elaboraríamos lineamientos para Cochabamba.
En los espacios más horizontales del liceo Andrés Bello, sentados en los pupitres como parte del Pueblo y la Madre Tierra, descubrí la riqueza de nuestros matices y también nuestra capacidad de unirnos alrededor de propuestas creativas que traspasaron los ideologizados y estrechos diagnósticos que la sapiencia bolivariana había delineado el día anterior. Trabajamos arduamente con la esperanza de que el Presidente refleje fidedignamente en esta conferencia nuestros multicolores aportes y no se deje llevar por los estériles y simplones discursos que esbozaron los personeros oficiales ni por los utópicos sueños que visionaron los intelectuales bolivarianos.
María Pilar García-Guadilla
mpgarcia2@gmail.com

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