martes, 22 de junio de 2010

Extraña retahíla

Hace días me sucedió algo fuera de lo acostumbrado y ajeno a mi modo de pensar. Lo que parecía un día normal cambió al acompañar a mi hija a hacer mercado, para lo cual ya es costumbre ir a un conocido centro comercial ubicado en El Paraíso.
Si bien no es raro que tengamos algún contratiempo al momento de cancelar, cosa que ese día no ocurrió porque cuidadosamente llevé la cuenta y eliminé lo que no era necesario, esta situación deprimió y puso de pésimo humor a mi hija, quien no hizo más que rezongar.
Al salir del centro comercial fuimos a La Paz, a hacer la cola para agarrar la camioneta para nuestro sector. Allí nos enfrentamos a la acostumbrada anarquía que imponen pasajeros y transportistas. Dos camionetas llegaron y cargaron fuera de lugar y en completo desorden; cuando por fin logramos subirnos y sentarnos –condición esta última que se ha convertido en privilegio y hazaña– comenzó mi hija con una retahíla contra los extranjeros. Jamás nadie en mi familia ha dado muestras de xenofobia, por lo cual me sorprendió su actitud. Decía cosas como que se “metería en la política para sacar a tanto extranjero abusador creyendo tener más derechos que nosotros”. Hablaba de los que “llegan con o sin papeles para cometer infracciones, ganar dinero e irrespetar a los demás”. Alegaba que el Gobierno debería ocuparse de investigar qué hacen aquí esos extranjeros y pedirles visa o carta de invitación (como en otros países). “Pero, claro, aquí todo es papaya”, dijo, antes de concluir: “Si esos requisitos se piden, quizás no haría tan largas colas y hasta tuviera chance de ir sentada en el Metro”. No sé si ese es el problema y esta la solución, pero algo debe hacerse.
Vilma Centeno
Comerciante, habitante de La Vega
vilma_centeno@hotmail.com

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