jueves, 21 de octubre de 2010

Respeto al ciudadano

En días pasados una amiga y vecina me contó una anécdota que le sucedió en las inmediaciones de la Iglesia Santa Teresa. Me cuenta que caminando por la plaza observó un indigente durmiendo en el espacio ocupado por las campanas de la emblemática iglesia.
Se dirigió a unos funcionarios de la Policía de Caracas destacados en esa zona y les preguntó por qué razón permitían esa situación. Su mayor sorpresa fue la respuesta recibida. Los efectivos policiales le dijeron que si le molestaba lo quitara ella misma.
Mi amiga es una señora entrada en años y de muy recio carácter por lo que ni corta ni perezosa les leyó la cartilla en cuanto a moral y buenas costumbres. Además les recordó que ellos cobraban su sueldo gracias a los impuestos pagados por la ciudadanía y por lo tanto debían guardar respeto y consideración. Por si fuera poco los “chapeó” diciéndoles que estaban hablando con la madre de un funcionario adscrito a su cuerpo policial, que si bien debían tener cuidado de con quien hablaban, el respeto debía ser para todos y cada uno de los ciudadanos.
Los agentes se deshicieron en disculpas, pero mi amiga no es de las que se conforman con lisonjas y siguió con su descarga, les dijo que ellos exigían el respeto de la ciudadanía, pero eso era algo que se lo debían ganar y no sólo por tener un uniforme podían pretender que se les respetara, menos aún cuando quieren ganarse el respeto amedrentando y humillando al ciudadano común.
Estoy de acuerdo con mi amiga, es más sé que hay funcionarios que se escudan tras su uniforme y su estatus en la institución en la que trabajan para maltratar, amedrentar y humillar hasta a su pareja.
También hay efectivos policiales que se aprovechan de su autoridad para realizar actividades ilegales en su misma comunidad. Hay quienes solapados en su investidura cometen cualquier cantidad de delitos amparados en la posibilidad de la impunidad.
Tanto los funcionarios policiales como cualquier empleado público, sea cual fuere su cargo, debe tener siempre presente que su sueldo no sólo depende de los ingresos petroleros, sino que también sale del bolsillo de los ciudadanos comunes que habitamos en el país. Y todos y cada uno de nosotros merecemos respeto y consideración, merecemos que se nos atienda y entienda en cualquier momento y lugar.

Vilma Centeno
Habitante y vocera del consejo comunal de La Vega
vilma_centeno@hotmail.com

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