lunes, 14 de marzo de 2011

Mi oriflama tricolor

¡Qué bonita es mi bandera! Mi bandera tricolor. Amarillo, azul y rojo y sus ocho estrellas, que resplandecen como blancas garzas cruzando el azul del cielo y ondeando a la brisa de este inmenso país que se llama Venezuela.
Recuerdo que toda mi vida, primero como niña y luego como educadora, todos los 12 de marzo las calles se llenaban de alegría y de color al ver a nuestros niños venezolanos dirigirse a sus escuelas, a pie o en el carro de sus padres, con sendas banderas tricolor, construidas por ellos con la ayuda de éstos o de sus maestros. De esta manera se lograba un aprendizaje colaborativo y colectivo, pues uno se prestaba la pega, otros te regalaban los palitos de madera (extraídos de los viejos ganchos de ropa) y además se aplicaba la ecología, pues les dábamos otro uso a los materiales que sobraban en casa.
Hacer alegoría a tan insigne símbolo patrio que despierta el sentimiento de llevar con orgullo el sello de ser venezolano, ha ido desapareciendo desde el año 2006, cuando se cambió la celebración para el 3 de agosto, época en la cual nuestros niños y maestros se encuentran de vacaciones.
No voy a polemizar ni a crear diatribas ante las razones por las cuales esta fecha se cambió, pero lo que sí he visto es que dejaron de ondear estas hermosas oriflamas elaboradas con mucho amor y abnegación por nuestros niños.
Estas banderas fomentaban los valores de respeto y amor a nuestros símbolos patrios. Quizás haya mil razones que justifiquen el cambio de la fecha, eso no lo pongo en duda, pero de que se perdió ese brillo de nuestra bandera en la mano de nuestros niños y jóvenes, valga la redundancia, tampoco me cabe la menor duda.

Eneida Bonalde M.
eneida.bonalde@hotmail.com. 

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