martes, 13 de noviembre de 2012

Entre alarmas y corneteos


El decreto número 56 de la Gaceta Municipal de El Hatillo es una ordenanza contra los ruidos molestos. Ese edicto incluye los causados por los vehículos, lo cual es bienvenido.
Hacía falta el instrumento jurídico, sobre todo porque hay tres elementos altamente perturbadores: las cornetas ensordecedoras de algunos por puesto, las alarmas interminables de algunos carros y los llamados resonadores que ponen en los tubos de escape.
Muchos de esos vehículos denominados microbuses o por puestos, además de que se atraviesan en cualquier parte para subir pasajeros, cargan unas cornetas que deberían prohibirlas por ser un atentado al oído, y lo peor es que algunos las usan hasta para divertirse, para asustar a la gente y hasta para lucirse en los túneles.
Hay que tomar medidas contra este tipo de corneta y de chofer, al igual que contra aquellos que ponen la alarma de sus carros y, si ésta se llega a activar, permanece horas y horas encendida porque el dueño no aparece.
Esto sucede muy a menudo y generalmente ni siquiera es porque hayan intentado robar el vehículo o algo parecido, sino que basta que pase un carro con resonador o toquen una corneta o algún otro ruido fuerte para que la alarma se active y desde allí hay que soportarla hasta que el propietario aparezca, que por lo regular lo hace luego de pasadas varias horas e incluso hasta un día entero.
Hay que aplicar la ordenanza de inmediato, de lo contrario seguiremos entre decretos, alarmas y corneteos.

José Durabio Moros
Habitante de El Hatillo
Ingeniero
josedurabio@gmail.com

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