martes, 20 de noviembre de 2012

Familiares hospitalizados


Una labor que pasa desapercibida es aquella que, con esfuerzo y dedicación, realizan los familiares de los pacientes hospitalizados y, más específicamente, la que llevan a cabo quienes tienen a un ser querido recluido en algún centro asistencial público.
Tener a un ser querido en un hospital es preocupante y es en ese momento cuando la familia debe hacer varias actividades en pro de la salud, higiene, comodidad y seguridad del enfermo.
Generalmente, se hacen guardias entre algunos miembros del grupo familiar, con la finalidad de no dejar solo al paciente, de ayudarlo con lo que necesite, estar presente para hacerle compañía y que pueda sentir que cuenta con el apoyo de su familia, no olvidemos que su estado de ánimo suele jugar un papel importante en su recuperación.
Hay pacientes que ameritan una mayor atención que otros, como es el caso de quienes no pueden levantarse de la cama, personas que por lo general utilizan pañales, y son, en la mayoría de las veces, los familiares y allegados quienes realizan el aseo de estas personas.
Hay también quienes no poseen la movilidad necesaria para alimentarse por sí mismos cuando les traen la comida, por lo que la persona que los cuida es quien asume la tarea de alimentarlos.
Otra actividad que suele presentarse en estos casos es cuando se necesita administrar un medicamento o insumo del que no dispone el hospital, y es cuando el acompañante debe salir a la o las farmacias para adquirirlo y si está agotado la familia debe buscarlo donde sea.
Hay grupos familiares pequeños o miembros muy ocupados que no pueden, o en otros casos no quieren colaborar con la atención del hospitalizado, hecho que trae como consecuencia que sean una o dos las personas que más colaboren con la labor de asistir al paciente, produciéndose en estas un gran agotamiento, aunado al hecho de que, por lo general, deben dormir en delgadas colchonetas colocadas en el piso de al lado o debajo de la cama del paciente.
Pero la adversidad nos une y solemos conocer, en esas situaciones, a otros enfermos y a sus acompañantes, llegándose a formar lazos de unión y de solidaridad; son momentos en los que familiares y pacientes de una misma habitación o de un mismo pasillo o piso se tienden la mano, como por ejemplo cuando un familiar debe retirarse para ir a comprar un medicamento, o ir a comer y en su ausencia el enfermo tuvo alguna necesidad o eventualidad y pudo contar con el auxilio del familiar de otra persona.
Tania Pacheco
taniapacheco21@gmail.com

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