jueves, 29 de marzo de 2012

Ciudades gemelas

Las poblaciones de Acarigua y Araure, en Portuguesa, a simple vista parecen formar parte de un mismo municipio. Sus habitantes, en gran mayoría, sostienen que esas son las únicas ciudades gemelas que tiene Venezuela.
No cabe duda de que en el transitar cotidiano ambos territorios se unen y para los foráneos no hay diferencia aparente entre una y otra población. Al remitirnos a los datos históricos, encontramos que una de las desigualdades que erradicaría el calificativo de "gemelas" está en la fecha de fundación. Primero nace Acarigua y años después se funda la comarca de Araure; esa diferencia, entre otras, borraría el apodo de "Ciudades Gemelas".
Independientemente de ese apelativo y sus antecedentes, ambos conglomerados han ido mostrando una nueva faz de progreso y bienestar que los ubica como uno de los polos de desarrollo más interesantes del país.
Al pisar uno u otro territorio, se encuentran sus profundas bases históricas y culturales que dan origen a la modernidad y adecuación a los nuevos tiempos.
Ese crecimiento se observa en las amplias avenidas, en los nuevos desarrollos urbanísticos, en los modernos centros comerciales, en su especial gastronomía y, principalmente, en el espíritu de superación de sus habitantes que se evidencia en la alta participación de los nativos en los múltiples centros educativos, los cuales presentan interesantes alternativas para el mejoramiento y superación académica.
Por ejemplo, en Araure ocurrió la batalla que lleva su nombre y cuya gesta se celebra cada 5 de diciembre. También su fe católica queda demostrada en su tradición y culto a la Virgen del Pilar, patrona de la ciudad.
En Acarigua celebran cada 13 de junio el nacimiento del general José Antonio Páez. Así también son muy conocidas y populares las cabalgatas, los toros coleados, el culto a San Miguel Arcángel y a la Virgen de la Corteza.
Cada ciudad tiene su encanto. Estas no escapan a esas cargas divinas, llenas de historias y relatos. De Acarigua y Araure decía el poeta Jacob Calanche que eran "dos alas de un mismo corazón".

Dulce María Carpio
Educadora
Habitante de El Rosal, mun. Chacao
dulcecarpio@gmail.com

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