lunes, 27 de agosto de 2012

Reliquias en el Panteón Nacional


Todos conocemos a Guzmán Blanco a través de nuestra historia. "El Ilustre Americano", como también se le conoció, nació en Caracas el 28 de febrero de 1829. Pero no escribo su biografía, sino que es hoy día cuando su figura cobra relevancia al respecto de la próxima reinauguración del Panteón Nacional.
Guzmán Blanco, luego de un largo exilio en París, Francia, regresó a Caracas, venía a tomar el poder, en abril de 1870, y se sorprendió de que pasados casi 50 años la ciudad todavía mostraba las huellas del terremoto de 1812. No había edificios públicos, no había iluminación, las calles de tierra, algunas con los adoquines maltrechos.
Pero él traía de Francia muchas ideas, y decidió contra viento y marea que las pondría en práctica para beneficio de todos los citadinos. Entre tantas lo que me trae a recordar en este momento por su próxima reinauguración es el Panteón Nacional, la idea de Guzmán fue obtener un lugar para el descanso eterno de los héroes de la patria y, sobre las ruinas de la antigua Iglesia de la Santísima Trinidad, construyó el Panteón Nacional. Los primeros restos de próceres fueron los del Marqués del Toro y luego, el 28 de octubre de 1876, trasladaron los restos del Libertador Simón Bolívar, que se encontraban desde 1842 en la Catedral de Caracas. Se seleccionó una fecha simbólica para ello, ya que este día se celebra el onomástico de San Simón, nombre del Libertador.
La iglesia convertida en Panteón fue levantada por Juan Domingo del Sacramento Infante, un humilde albañil caraqueño, que con sus propios y escasos recursos de casi toda su vida (desde 1747 hasta su muerte en 1780) la estuvo construyendo, pero el terremoto de 1812 la destruyó.
Los restos mortales de Guzmán Blanco fueron trasladados desde Francia el 7 de agosto de 1999, tras cumplirse 100 años de su muerte, y están en el Panteón Nacional.
Edilia C. de Borges
Montañista, Los Palos Grandes

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