jueves, 16 de agosto de 2012

Un día en la clínica


El dolor se agudizaba cada vez más. Aquella tarde comencé a sentir malestar en la parte baja de la espalda, en la noche caminaba con pasos muy cortos, mientras que en la madrugada era tan intenso que me costaba moverme en la cama.
Desde el principio presumí que era un cálculo renal. A primera hora decidí ir a una clínica en la entrada de Ocumare del Tuy.
Al principio, los médicos y enfermeras poco le pararon a mis quejidos. Una vez aprobada la clave del seguro cambió la atención, prácticamente volaron para hacerme los exámenes de laboratorio, los brazos me los agujerearon hasta ocho veces en busca de una vena para ponerme una vía. ¡Increíble! La sangre me la extrajeron del dedo índice de una de las manos. Me dijeron que sufría de venas escondidas.
No protesté ante la administración en consideración de la angustia de las enfermeras que eran exalumnas de bachillerato. Luego, me llevaron a una improvisada sala de observación que está en los pasillos, me dieron dos pastillitas y me hicieron una radiografía. A las 5 pm entra el médico a la sala. No era el mismo que pasó unas tres veces preguntándome cómo seguía. Me indica lo que yo sabía que padecía, pero me lo dice con un nombre más técnico, "usted tiene una litiasis renal, y dado que hoy no tenemos especialista puede irse a su casa".
La paciencia que tenía como paciente se rompió y le dije unas cuatro cosas (no recuerdo cuáles).
El médico no respondió a ninguna de las cuatro cosas que le dije. Me entregó un récipe, me recomendó una dieta baja de sal sin quesos ni salsas.
Pasé por Administración, no me podía ir sin pagar la cuenta, y al enterarme del monto de la factura el dolor, que había disminuido, volvió a arremeter con más fuerza porque me enteré que debía Bs 5.912.
Exclamé en voz alta: "No puede ser, esto es un robo". Pareciera que los empleados están vacunados contra las protestas; una secretaria me dijo "en una clínica de Caracas hubiera costado el doble". Ante la impotencia hablé conmigo mismo con palabras que los presentes escucharon "cuando las expropien tendrán que ir a llorar al valle" .
Salí de la clínica con el mismo dolor y con una rabia mayúscula. Camino a casa vibra el celular, era un mensajito "Seguro del Mppe reporta factura por Bs 5.912…".

Eric García
Habitante de Ocumare del Tuy
geric_2005@yahoo.es

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