jueves, 23 de septiembre de 2010

De madre a madre

Hace poco, las madres de delincuentes encarcelados, realizaron una manifestación, exigiendo los “derechos” de sus hijos...
Acá está la respuesta de una madre ciudadana...
“Vi tú enérgica protesta delante de las cámaras de TV, en favor de la reagrupación de presos y su transferencia a cárceles cercanas a sus familiares.
Vi cómo te quejabas de la distancia que te separa de tu hijo, y de lo que supone económicamente para ti, ir a visitarlo.
Vi también toda la cobertura mediática, así como el soporte que tuviste de otras madres y de otras personas que querían ser solidarias, y que contabas con el apoyo de algunas organizaciones y sindicatos populistas, comisiones pastorales, y ONG’s de derechos humanos.
Yo también soy madre y puedo comprender tu protesta e indignación.
Enorme es la distancia que me separa de mi hijo.
Trabajando mucho y ganando poco, idénticas son las dificultades y los gastos que tengo para visitarlo. Con mucho sacrificio sólo puedo
visitarlo los domingos, porque trabajo incluso los sábados para el sustento y educación del resto de la familia. Felizmente, también cuento con el apoyo de amigos y de la familia.
Si aún no me reconoces, yo soy la madre de aquel joven que se dirigía al trabajo, con cuyo salario me ayudaba a criar y mandar a la escuela a sus hermanos menores, y que fue asaltado y herido mortalmente a balazos disparados por tu hijo.
En la próxima visita, cuando tú estés abrazando y besando a tu hijo en la cárcel, yo estaré visitando al mío y depositándole unas flores en su tumba, en el cementerio. ¡Ah! Se me olvidaba: Ni a mi casa, ni en el cementerio, vino nunca ningún representante de esas organizaciones, que tan solidarias son contigo, para darme apoyo ni dedicarme unas palabras de aliento. ¡Ni siquiera para decirme cuáles son mis derechos. ¡Los derechos humanos son de todos y para todos!

Teresa Jiménez
altman-0460@hotmail.com

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