Muchas son las razones que influyen en una mujer para que continúe aceptando una vida de maltratos. Ninguna es válida. Para quien desde afuera juzga u opina, sin embargo, no es fácil adentrarse en ese oscuro mundo y entender. No cabe la menor duda de que está actuando equivocadamente al aceptar tal situación, y que además de eso, cuando se trata de maltrato físico, pone en peligro su vida y la de sus hijos si los tuviera. De cualquier manera, el maltrato físico o el psicológico, infligido por la pareja o por cualquier otro es inaceptable. Hablo de que no sólo la pareja maltrata a la mujer, también pueden convertirse en maltratadores los hijos, la madre, el padre, los hermanos, los amigos, etc.
Las mujeres hemos sido educadas por la sociedad y la cultura para ceder, sacrificar, para poner la otra mejilla, para mantener el hogar a flote a costa de lo que sea. En estos tiempos se habla de movimiento feminista, también de igualdad de géneros (pura teoría); en la práctica eso se traduce en industrialización o tecnologización de las funciones de las féminas y además seguir con las cosas de la casa. No debería extrañarnos ver tantas mujeres jóvenes, adultas y ya mayores con enfermedades autoinmunes (cáncer de mama, útero, ovarios, leucemia) todo producto de tanto maltrato y represión. A las mujeres nos cuesta amarnos, o mejor aún, enamorarnos de nosotras mismas.
A los apasionados por este tema les recomiendo un excelente libro titulado Mujeres que corren con los lobos, de la psiquiatra Clarissa Pinkola de Estés. Se consigue en Tecniciencia y en Nacho. Muy buena guía para la mujer de hoy y del futuro, para nuestras hijas, para nuestras queridas mujeres de la vida.
Evelín Cadenas
Miembro del primer Consejo de Lectores de la sección Más Vida
etcadenas@yahoo.es
jueves, 2 de septiembre de 2010
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