Ahora sí les toca empezar a repensar sobre sus promesas o planes prometidos a los electores. Si se montaron en portaaviones y llegaron a la Asamblea es mejor que se bajen y trabajen por sí mismos, porque serán observados por sus hechos y comportamiento. Deben trabajar en armonía con los del lado opuesto porque también se ganaron su puesto. Las leyes a discutir deben estar a favor del ciudadano, de la región o del país. La revisión de otras leyes debe estar sujetas al consenso y todo radicalismo es fatal para la democracia y su asamblea. Los candidatos no electos deben seguir en la lucha, aportar sus ideas y no apartarse de la unidad si la tuvieron. Los diputados violentos, radicales y fanáticos no aportarán nada para el bien de la nación o del pueblo; los diputados focas menos. Una asamblea autónoma con gente proactiva, sin complejos, clara en sus ideas y proyectos será la clave de hacer leyes equitativas y eficientes para la nación. Todo desequilibrio de fuerzas inclinará la balanza hacia un radicalismo, pero la confrontación de ideas es positiva para conservar un parlamento democrático y libre. Gánense su inmunidad por lo que valen, no por ley. Levanten la mano y aplaudan cuando sea necesario, no sean focas o marionetas de partidos o líderes. Las leyes de seguridad social, de seguridad del ciudadano, desarme, ambiente, trabajo, vivienda, salud, alimentación, propiedad, educación son un tesoro, no las dejen a la deriva y actualícenlas siempre. Con estas simples leyes, bien estructuradas de fondo y forma pueden asegurar su reelección futura. Este humilde ciudadano desea que Dios ilumine la mente de los diputados electos y a sus suplentes, para el beneficio de un pueblo que los eligió y no sea para un partido político, un proceso, un presidente de un partido o para un beneficio personal.
Rubén Lopera
rdlchez@gmail.com
martes, 28 de septiembre de 2010
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