martes, 9 de octubre de 2012

La revolución del Metrocable






El Metrocable como sistema de transporte masivo fue cuestionado en sus inicios en Medellín, Colombia. Algunos lo llamaban despectivamente "carrucha". A su vez, las compañías de seguros se negaban a vender pólizas para proteger su construcción.
Por fortuna, el Gobierno construyó el primer Metrocable y derrotó a los escépticos; además, convenció a la gente de la importancia urbana de apoyar el plan de Metrocable que necesitaba la ciudad.
Ahora, detrás de cada Metrocable vienen las renovaciones urbanas para bien de todos los barrios populares.
Al mirar los espacios urbanos por debajo de los metrocables, se ven calles estrechas, cañadas profundas que asustan, curvas cerradas que parecen de película, obras de infraestructura precarias. No circulan muchos vehículos, pero siempre hay trancones, porque es usual que no quepan dos carros en la vía.
Como remedio urbano, los metrocables llevan belleza a los barrios populares y, con su llegada, los paisajes urbanos se transforman en admirables zonas renovadas.
Los metrocables convirtieron a Medellín en ciudad líder mundial de los sistemas de transporte masivo por cable. Es la primera ciudad del planeta que utiliza el cable como transporte masivo. Es un descubrimiento de Medellín para el mundo, lo cual resulta muy atractivo para el turismo y la competitividad de la ciudad. Es una tecnología de transporte masivo que será copiada en el futuro por muchas otras ciudades del planeta. Y es, además, ejemplo de protección del medio ambiente, pues se alimenta de energía eléctrica.
Desde hace tiempo, la ciudad de Caracas y el Gobierno nacional tienen un plan de metrocables que la gente de muchos barrios espera se convierta en realidad. ¡Qué bueno que cada alcaldía liderará la construcción de nuevos metrocables como procesos de justicia social y con ello se paguen las deudas que tienen con las comunidades menos favorecidas, así como lo ha estado haciendo el Ejecutivo nacional!
Los metrocables están trayendo una transformación cultural que renueva el estilo de convivencia en la ciudad. La gente de los barrios pobres estaba acostumbrada a que no les cumplieran las promesas. Les resultaba exótico que obras de tecnología y de costo elevado se construyesen en sus humildes barrios, porque han visto que las inversiones más cuantiosas siempre se realizan en sectores de economía alta.
Los metrocables son el instrumento de renovación urbana más importante que se haya construido en barrio popular alguno. Derrumbó esa odiosa idea de que los pobres solo deben oír hablar del progreso y nunca convivir con él. Con el Metrocable nace la idea de que los barrios populares son los protagonistas del progreso, son consumidores de progreso.
Con los metrocables se empieza a romper el escepticismo popular y, por fin, los pobres viajan en primera clase. Ya San Agustín y Mariches, Petare, pueden darse el lujo de tener este medio de transporte moderno. ¡Cuídenlo!

Deulis Velásquez
Estudiante de la Unesr/Palo Verde
Habitante de Catia
cirilo.660@hotmail.com

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