martes, 9 de julio de 2013

Morir de Mengua

Todos los días la prensa reseña muchas muertes naturales, accidentales, trágicas, víctimas de la delincuencia; no me he podido acostumbrar a esto, lo sublimo con algo positivo en la balanza y así minimizo la tristeza. 
Este lunes la lectura del periódico me consternó, se me oprimió el corazón al leer la noticia del fallecimiento de un hombre joven, promisorio, padre cabeza de familia, respetado por su trabajo y la manera de ofrendar su vida por los demás en circunstancias que así lo justificaban. 
Falleció un bombero, un servidor público, un hombre que nunca dudó en exponer su vida por salvar a otros e inclusive sus bienes materiales. 
Nunca tuvo miedo ni esperó recompensa de aquellos a los que ayudó en tragedias o situaciones que ponían en peligro su propia vida, pero lo que me llena de asombro, dolor, ira, repudio, es cómo muere el teniente de Bomberos de Libertador Carlos Enrique Rodríguez (52). 
Fue arrollado en la Francisco Fajardo, a la altura de Plaza Venezuela, pero no es esta la causa de su muerte. Fallece por una inexcusable, injustificada, inútil, anodina forma en que lo trataron; herido grave lo llevan a la Clínica La Arboleda y allí no lo reciben porque "el seguro no está activado". ¡Por Dios!, es un caso especial, este bombero nunca dudó en salvar una vida en peligro o una propiedad de otro, por no saber si "tenía o no seguro", ¿cuántas veces expuso su vida por salvar la de otros? 
En el hospital Pérez Carreño lo dejaron esperando nueve horas en una silla mientras le "llegaba su turno". 
¿Acaso los bomberos en una tragedia ponen "turnos" para actuar en pro de salvar vidas? "No hay medicinas, no hay médico en este momento. Banales, triviales, insustanciales, pero sobre todo inhumanas excusas que troncharon la vida de un hombre en plenas facultades. 
Paz a sus restos amigo, y que tu muerte sirva al menos para tomar conciencia de que hay personas que "per sé" están por encima de los demás en situaciones extremas. 
No se va a rehacer lo hecho, pero un reconocimiento al valor por parte de las autoridades, sería un pequeño acto de agradecimiento por sus servicios prestados. 


Edilia C. de Borges
Montañista
Hab. de Los Palos Grandes
edilia.cdeborges@gmail.com

1 comentario:

  1. Coincido con usted y lamento profundamente este tipo de situaciones, tan comunes actualmente. Ese señor es un héroe anónimo y no merecía pasar por eso. Dios lo tenga en su seno. Mis respetos para su familia.

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