martes, 19 de agosto de 2014

No somos pedigüeñas

      Muchas veces a nosotras con hijos con necesidades especiales nos ven como pedigüeñas, pero no, señores, las cosas no son así.
      Nuestros caminos junto con nuestros hijos no han sido fáciles; solo Dios sabe todo lo que hemos tenido que pasar para poderles brindar lo necesario para que puedan estar bien.
      Además solo él sabe por qué nos escogió para que fuéramos las madres de estos ángeles especiales, llenos de luz, esperanza y sobre todo verdaderos guerreros y luchadores. Ya basta de tanta indiferencia por parte del Gobierno, muchas de nosotras estamos solicitando a gritos una vivienda porque simplemente nos están desalojando o vivimos arrimadas con algún familiar.
      No es justo que construyéndose tantas soluciones habitacionales en el país tengamos que esperar, señores; nosotras sí podemos esperar pero nuestros hijos no, ellos merecen y necesitan un lugar digno donde vivir y en su momento nuestro gigante Hugo Rafael Chávez Frías dijo que ninguna persona con discapacidad debía quedar sin ser atendida; entonces por qué se contradicen y cuando vamos a alguna institución a solicitar vivienda simplemente nos dicen que hay personas que están en peor situación que nosotras, ¿o es que acaso tener una parálisis cerebral total, en la que el niño amerita atención y cuidado las 24 horas del día, no es una situación bien dolorosa?
      Presidente Maduro, solo estamos pidiendo un poco más de atención por parte de las autoridades, que nos hagan el camino menos largo y doloroso y si, como algunas personas dicen, tener un hijo con condiciones especiales es un castigo, déjenme gritarle al mundo entero que es el castigo más maravilloso y hermoso que, por lo menos a mí, Dios pudo haberme enviado. Ya no queremos más pañitos calientes, porque nuestra desesperación está en qué va a ser de estos niños cuando nosotros no estemos. Señores del Gobierno, presidente Nicolás Maduro, regálenos tan solo 5 minutos de su tiempo, nuestros hijos se lo merecen, ellos también son patria, ya basta de que nos peloteen y vean a nuestros hijos como un estorbo para la sociedad y un gasto para el Gobierno. Presidente, no se imagina cuánto se aprende de estos superángeles especiales que sí son unos verdaderos guerreros de vida, necesitamos ser atendidos urgentemente, nuestros hijos cada día se deterioran más, regáleme tan solo 5 minutos de su tiempo; se lo pido, ¡por favor!, y gracias Dios por mi superángel especial Aiskel, te amo inmensamente, hijo, por ti daría mi vida.


Geraldín Centeno 
Analista medios de Conatel
Hab. carretera vieja, Petare-Guarenas
geraldincenteno27@gmail.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario