martes, 29 de noviembre de 2011

Sembremos eficiencia

La palabra eficiencia se refiere a la capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado y también suele ser equiparado con acción, fuerza o producción. En otras palabras, es la capacidad de alcanzar los objetivos y metas programadas con el mínimo de recursos disponibles y tiempo, logrando de esta forma su optimización.
La eficiencia no pasa de ser una herramienta, un concepto exclusivamente instrumental (de empleo de recursos) e independiente de su destino o finalidad. Atribuir a la eficiencia cualquier matiz de valor por sí misma, sin detenerse a analizar las metas a cuyo servicio se pone, puede dar lugar a tragedias monumentales: se puede ser muy eficiente violando desvalidos, torturando, cercenando la libertad de expresión, siendo intolerante ante las criticas, asesinando congéneres, contaminando, exterminando especies y dilapidando el erario público. También se puede ser muy eficiente especulando: acumulando ganancias mientras pagan otros.
Bienvenida sea la eficiencia siempre y cuando redunde en un incremento de nuestras reservas del patrimonio común; de decidir lo que nos gusta o no nos gusta, que nuestras propuestas sean escuchadas y estudiadas, que nuestros gobernantes son sólo empleados nuestros por un tiempo determinado, que nuestro sentido de pertenencia está por encima de los colores político-partidistas, que el sentido de Identidad Nacional es un derecho adquirido y no negociado, de nuestra futura capacidad para cambiar a mejor -sin que acaso aún sepamos cómo- el rumbo del país que compartimos.
En resumen, estos son algunos de los requisitos para ponderar y sembrar la eficiencia: en cuanto a los medios, legitimidad previa y rendición de cuentas posterior; y en cuanto a los fines, consagrados de forma democrática en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela -mejor si es mayor el consenso y todos ganan-, hallándose entre sus resultados la mejora de nuestras reservas patrimoniales.

Antonio E. Vallée Zea
Conservador de Obra Gráfica
Habitante de Montecristo
antoniovallee@live.com

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