martes, 8 de octubre de 2013

RESPETABLE TERCERA EDAD


Miradas por encima del hombro, molestias, respuestas agrias y hasta una que otra palabra subida de tono son algunas de las manifestaciones a las que nos vemos sometidos quienes, gracias a la vida, hemos llegado a la maravillosa "tercera edad". 
Cada vez que nos disponemos a acceder a ese derecho obtenido en buena lid, en bancos, líneas aéreas, clínicas, y un largo etcétera, nos encontramos con la displicencia de seres humanos, convencidos de que ellos no van a vivir mucho tiempo, que nos tratan como si lleváramos pintada en el rostro la palabra "pedigüeño".
En esto que afirmo hay dos derivaciones importantes. La primera es que muchos jóvenes, de esos que nos maltratan por ser mayores, parecen ignorar que llegar a esta edad es lo mejor que le puede pasar a un ser humano y que inexorablemente, salvo algún error del destino o de la vida misma, ellos van a llegar también a ser personas de la tercera edad; más aún, sus padres, tíos y abuelos seguro pertenecen a este grupo etario. Alguien debería encargarse de hacérselos cumplir o, en todo caso, de hacérselos saber. Pareciera que algunos de ellos se sienten castigados cuando se les asigna el rol de atender a las personas de la tercera edad dentro de la organización.
La segunda, el hecho de que se destinen espacios para nuestra atención en esas instancias no les da derecho a que allí se nos trate como si el servicio que nos prestan es gratis. En ningún banco nos pagan un cheque que no posea fondos, en ninguna línea aérea nos regalan los pasajes. En ninguna clínica nos realizan exámenes de laboratorio o de otra índole si no los cancelamos previamente. Es más, el dinero que obtenemos cada mes como pensionados del Seguro Social nos lo ganamos trabajando durante buena parte de nuestra vida. 
Y voy más allá. Toda la sociedad debe estar consciente de que nosotros formamos parte importantísima de ella. Si bien es cierto que ya no estamos en la flor de la vida, sobre nuestros hombros ha estado la formación de la juventud de hoy, los hijos e hijas de todos, y está una valiosísima contribución en la formación de la juventud de mañana, los nietos y nietas de quienes somos ciudadanos de la tercera edad.   

Yoelina Mendoza
Educadora
Habitante de Valencia (Car)
yoelinamendoza@hotmail.com

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