viernes, 25 de julio de 2014

       ¡Oh mi bella Caracas!, origen histórico de la Venezuela luchadora, participativa y democrática. Eran los años 60 y 70, y aún no he podido borrar de mi mente aquellas mañanas frías, donde había que esperar que Pacheco (como popularmente lo llamamos los caraqueños), recogiera su gran falda grisácea de pesada niebla, cual elegante dama de antaño, para darle paso a su príncipe dorado, ese cálido sol naciente que marcaría un nuevo amanecer.
       Este escenario que fue dibujado por el arquitecto de la vida, era acompañado por el cafecito caliente y los buenos días de los educados citadinos que se agrupaban en paradas y escuelas para iniciar la faena. ¡Oh mi bella Caracas, cómo te extraño!
       Aún conservabas tu galanura, envidia de muchos, por ser, tú ¡Mi Bella! el centro del conocimiento y el saber, del desarrollo y el progreso; eres amada por miles, que luego que llegan con dudas hasta tus pies, son acariciados por la dulzura de tu brisa y acunados por los brazos de tu gran valle; entonces, no pueden dejarte, dándote el privilegio de convertirte en su orgullosa madre.
        Hoy mi Sultana, a pesar del maltrato que han hecho sobre ti, robándote tus espacios, queriendo apagar tu voz independentista, ¡tú mi niña que has cobijado a propios y extranjeros, y si no que lo diga Luis María Frómeta (Billo), quien te amó con la misma pasión que yo, sigues de pie con tu voz altiva marcando el camino, acompañando a tus hijos igual que siempre, al frente de la batalla con Dios de testigo que nunca te abandona, para volver a liberar del yugo opresor a tu amada Venezuela.
        Dios me dio el honor de nacer en tus brazos, es mi gran orgullo decir a los cuatro vientos soy Caraqueña, sintiendo en mi pecho esa sensación indescriptible que solo es comparable con la emoción que trasmite el amor.
        Hoy a tus 447 años no podía más que escribirte estas líneas para desearte un pronto amanecer, libres y unidos, con un nudo en la garganta por la lejanía, entono la estrofa que todos los caraqueños hemos cantado: “Y es que yo quiero tanto a mi Caracas...”.


 Gisela La Cruz
Puerto Ordaz (Bolívar)
Gisela.lacruz@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario